

La mañana del lunes comenzó con angustia para Pampita Ardohain. Mientras estaba de viaje, recibió el llamado que nadie quiere oír: ladrones entraron a su casa de Barrio Parque y se llevaron una caja fuerte llena de recuerdos de su hija Blanca.


El robo tuvo un impacto inmediato. Dentro de la caja había teléfonos antiguos con fotos y videos irreemplazables de la nena fallecida en 2012. “Era material que para mí era muy importante”, explicó Pampita.
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Cuando todo parecía perdido, la noticia cambió de rumbo en pocas horas. “Quiero confirmar que ya tengo en mi poder los teléfonos”, anunció en vivo en el programa Rumis (La Casa), con la voz quebrada y entre aplausos.
La emoción fue incontenible. “Ay, disculpen que estoy emocionada”, dijo mientras las lágrimas corrían en pleno aire. Contó que la tecnología impedía rescatar ese contenido: los equipos eran tan viejos que no había forma de copiar las imágenes.

La modelo relató que los celulares guardaban recuerdos únicos. “Solo los que hemos perdido familiares sabemos lo que es escuchar la risa de alguien que amamos”, expresó. Por eso guardaba esos aparatos en una caja fuerte, más valiosa que cualquier objeto material.
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“Realmente lo único importante que había en mi casa eran esos teléfonos”, subrayó. Dijo que no tenía dinero guardado ni bienes de lujo, solo ese tesoro íntimo que le devolvía la voz y la mirada de su hija.
La fe acompañó el proceso. “Ayer recé todo el día. Le pedí a Dios y a mi hija, porque es lo único importante que me quedó”, confesó. Horas después, la policía le informó que la caja había aparecido.
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El momento del reencuentro fue inolvidable. Pampita estaba en la embajada de Chile tamitando pasaportes para sus hijos cuando recibió el aviso. “Nos pusimos a llorar todos, mis hijos también. Estábamos abrazados, saltando de alegría”, recordó.
Con alivio, la conductora agradeció a quienes hicieron posible el hallazgo y cerró la jornada con un mensaje de esperanza: la memoria de Blanca volvió a estar a salvo en su hogar.
Fuente: Clarín


















