Río Negro endurece controles para frenar venenos y salvar al cóndor andino
Actualidad01/10/2025
Sergio Bustos
Un cóndor murió envenenado.
El gobierno de Río Negro decidió avanzar con medidas concretas para cuidar a la fauna y acompañar al sector productivo. La noticia se conoció luego del hallazgo de un cóndor andino envenenado en la zona de El Caín, con rastros de carbofuran, un pesticida prohibido desde 2018.
El episodio encendió las alarmas en el ámbito ambiental. El cóndor, declarado monumento natural en la provincia, es una de las especies más emblemáticas de la cordillera y su pérdida representa un daño directo al ecosistema.
Para dar respuesta, la provincia anunció un plan que busca reducir el uso de venenos y fortalecer alternativas de manejo productivo. Una de las principales acciones será la incorporación de perros protectores de ganado, capaces de evitar ataques de predadores sin alterar el equilibrio natural.
Estos animales, entrenados para convivir con las majadas, funcionan como un recurso práctico que evita la colocación de cebos tóxicos. Con su sola presencia logran disuadir a pumas o zorros y al mismo tiempo preservan a otras especies.
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El programa cuenta con la articulación de dos áreas claves: la Subsecretaría de Fauna Silvestre y la Subsecretaría de Ganadería. Ambas trabajan en coordinación con la Fundación Bioandina, referente nacional en la conservación del cóndor andino.
La Fundación Bioandina impulsa el Programa del Retorno del Cóndor al Mar, que libera ejemplares con seguimiento satelital. Río Negro es una de las provincias que más se involucra en esta iniciativa regional.
Desde el gobierno remarcaron que las medidas no solo apuntan a la fauna. También buscan dar respuestas a las familias productoras, que muchas veces recurren a métodos ilegales para proteger su hacienda ante la falta de recursos.
“Se trata de garantizar un sistema productivo responsable y respetuoso con el ambiente”, señalaron desde el área de fauna, al confirmar capacitaciones y asistencia directa en territorio.
El caso de El Caín evidenció que, pese a las prohibiciones, los venenos siguen circulando en zonas rurales. Los técnicos confirmaron la presencia de carbofuran en el cuerpo del cóndor hallado muerto, un compuesto que debería estar fuera de uso desde hace siete años.
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Las autoridades provinciales remarcan que el cóndor andino cumple un rol insustituible. Al alimentarse de animales muertos, impide la propagación de enfermedades y mantiene el equilibrio sanitario en el campo.
El gobierno también hizo un llamado a la comunidad. “Necesitamos que cada productor y cada vecino se sume a la protección de la fauna. Denunciar las prácticas ilegales es fundamental”, enfatizaron en un comunicado oficial.
Además de controles más estrictos, el plan prevé campañas de concientización. La idea es reforzar el conocimiento sobre el impacto de los venenos en la biodiversidad y explicar cómo afecta de manera directa a la producción local.
El uso de químicos no autorizados daña a los predadores, pero también pone en riesgo a aves carroñeras, ganado doméstico y hasta a los propios consumidores de la zona. Por eso, la política ambiental busca instalar soluciones sostenibles a largo plazo.
Con estas acciones, Río Negro intenta consolidar un modelo que combine producción y conservación, sin exponer a la fauna ni poner en riesgo la economía de los productores.
El hallazgo de El Caín dejó una lección clara: la protección del cóndor y de la biodiversidad no es un tema simbólico, sino una condición para garantizar la salud de los ecosistemas y de la vida rural.
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