
Crimen narco: las chicas fueron torturadas con crueldad por el robo de 30 kilos de cocaína
Policiales09/10/2025
REDACCIÓN
Celeste Magalí González Guerrero, de 28 años, una de las detenidas por el asesinato de Lara Gutiérrez, Brenda del Castillo y Morena Verdi, amplió su declaración y describió el funcionamiento interno de la organización narco que operaba en Florencio Varela. La mujer aportó nuevos datos sobre los roles jerárquicos, las motivaciones del crimen y la brutal secuencia que terminó con las tres jóvenes asesinadas.


“Le robaron 30 kilos de cocaína al Duro”, afirmó ante el fiscal de La Matanza, Adrián Arribas, en alusión a Víctor Sotacuro Lázaro, sindicado como el verdadero jefe del grupo. Según su relato, el robo habría desatado la represalia y el posterior crimen de las tres víctimas, ejecutado en una vivienda del barrio Villa Vatteone.
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Sotacuro Lázaro, detenido en la ciudad boliviana de Villazón, era hasta ahora considerado un colaborador menor, pero la nueva declaración lo ubica como el líder de la red, por encima de Tony Janzen Valverde Victoriano, alias Pequeño J. González Guerrero sostuvo que el “Duro” ordenaba los movimientos de la banda, mientras Pequeño J actuaba como intermediario.
La imputada también involucró a su pareja, Miguel Ángel Villanueva Silva, de 25 años, a quien señaló como autor material de uno de los asesinatos. Dijo que “una de las chicas intentó escapar y él la mató con un destornillador, clavándoselo en el cuello”, y agregó que luego utilizó un fierro para terminar con su vida.
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González relató además que Villanueva le confesó detalles de una tortura transmitida por videollamada, una práctica que la organización habría usado para “aleccionar” a otros miembros. Según su versión, el triple femicidio fue filmado y seguido en tiempo real por dos jefes identificados como Papa y Lima, quienes observaron los hechos desde otra localidad a través de una aplicación llamada Zangi.
En su testimonio, la mujer describió una estructura criminal con jerarquías definidas, donde los alias Abuelo y Papá serían los encargados de la producción y tráfico en gran escala, mientras que los Pequeños, Bebés y Mulos actuaban en la distribución. “Duro estaba por encima de Julio (‘Pequeño J’), era el que daba las órdenes”, afirmó la detenida.
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La joven aseguró que tras los asesinatos, ella regresó al domicilio y encontró la vivienda llena de barro y desorden, pero sin rastros visibles de sangre. Luego, acompañada por Villanueva, compró lavandina, guantes, agua oxigenada y nafta, elementos utilizados para limpiar y quemar pruebas. Detalló que cargaron colchones y sábanas en una camioneta Tracker blanca, que fue incendiada en un descampado cercano.
La declaración también reveló un pago millonario a Pequeño J por el crimen. González afirmó que Matías Agustín Ozorio, otro detenido, le contó que alguien le pagó un millón de dólares por “lo que hicieron”, aunque los investigadores dudan de la verosimilitud de esa cifra. Según la imputada, la droga provenía de Nueva Pompeya y se distribuía desde tres departamentos bajo control del grupo.
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El fiscal Arribas consideró que el testimonio “arroja luz sobre la estructura narco y las motivaciones del hecho” y adelantó que podría derivar la causa a la Justicia Federal. Además, ordenó 20 allanamientos en la zona de Flores para buscar los celulares de las víctimas, presuntamente robados por los autores del crimen. Se espera que el informe de los teléfonos de los primeros detenidos aporte nuevas pruebas sobre la transmisión del asesinato.


















