
La industria del vino argentino está complicada por los impuestos que afectan producción y exportaciones
Actualidad02/11/2025
REDACCIÓN
La industria vitivinícola argentina enfrenta una presión impositiva que la coloca entre los sectores más castigados del país. Según un estudio de la consultora Invecq para Bodegas de Argentina, la carga fiscal acumulada desde la uva hasta la botella alcanza un promedio del 41,8 % del precio final.
Este porcentaje se compone de una carga directa de entre 31,5 % y 32,1 % —impuestos sobre utilidades, salarios o ventas— y una carga indirecta de entre 8,8 % y 11,6 % —grava consumos e intermediaciones— que se aplica sobre productores, bodegas, distribuidores y minoristas.
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El impacto se traduce en una clara merma competitiva. En los primeros nueve meses de 2025, las exportaciones de vino argentino mostraron una caída acumulada del 6,3 % en comparación con el mismo período del año anterior.
Para el sector, el problema no es sólo el volumen: también se trata de que la presión impositiva local es mucho mayor que en países vitivinícolas de referencia como Francia, Italia, España o Chile, lo cual dificulta tanto el crecimiento interno como la expansión hacia mercados externos.
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Productores de Mendoza, San Juan y otras regiones vitícolas alertan que gran parte de su beneficio se diluye en impuestos. Estudios anteriores indicaban que para una bodega integrada (finca + vinificación) el impuesto se llevaba hasta un 62,4 % del excedente, casi el doble que en Chile.
El encarecimiento se transmite también al consumidor final, lo que afecta la demanda doméstica en una economía donde el poder adquisitivo está golpeado. Ello genera un círculo vicioso en el que la industria debe competir con precios más altos y menores márgenes operativos.
Desde el sector reclaman una revisión de la política tributaria aplicada al vino con el fin de mejorar su competitividad, promover inversión y generar empleo en zonas productivas. Consideran que un régimen más liviano podría reactivar exportaciones y fomentar valor agregado.
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Analistas del agroindustrial sugieren que una estrategia para alivianar la presión tributaria debería incluir la reducción de impuestos vinculados al trabajo y la inversión, así como incentivos específicos para exportaciones que permitan recuperar terreno frente a rivales internacionales.
Los responsables del estudio advierten que, sin medidas de alivio, la vitivinicultura argentina corre el riesgo de perder parte de su protagonismo mundial. “Argentina tiene una de las cargas fiscales más altas del mundo para el vino”, expresa el informe de Invecq
Fuente: Ámbito

















