La industria textil se hunde: producción en mínimos y 5.000 empleos menos

La industria textil argentina atraviesa uno de sus peores momentos de las últimas décadas. Según la Federación de Industrias Textiles Argentinas (FITA), la actividad cayó 18,1% en agosto respecto al mismo mes del año pasado, una contracción muy por encima del promedio industrial, que fue de 4,4%.

El informe detalla que la capacidad instalada se ubica en apenas 41,5%, nueve puntos por debajo del nivel registrado un año atrás. Más de la mitad de las plantas del sector permanecen ociosas, sin perspectivas de reactivación inmediata.

“El sector está atravesando un escenario complejo que no solo se explica por la caída en el consumo y la producción. Los costos y las dificultades financieras también condicionan a las empresas textiles”, señaló Celina Peña, gerente general de FITA.

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El derrumbe también golpea al empleo. En julio, los rubros de textiles, confección, cuero y calzado contabilizaron 108.000 puestos formales, es decir, 5.000 menos que un año atrás. La tendencia negativa se mantiene desde febrero del año pasado y amenaza con continuar en los próximos meses.

En cuanto a precios, el informe de FITA mostró que los productos textiles subieron 19,7% interanual en septiembre, por debajo del 31,8% de la inflación general. El Índice de Precios Internos al por Mayor (IPIM) del sector marcó la misma variación, frente al 25,5% del resto de la industria. Los valores moderados reflejan un intento por sostener ventas en un mercado paralizado.

El impacto también se siente en la base productiva. La producción de algodón, insumo central para el sector, cayó 15% en la última campaña, según el Semáforo de Economías Regionales de Coninagro. Además, los precios al productor apenas crecieron 10% interanual, muy por debajo de la inflación.

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En el comercio exterior, las exportaciones textiles bajaron 12% en el último año, mientras que las importaciones se dispararon 119%. La combinación de caída en ventas externas y fuerte ingreso de productos terminados erosiona la competitividad de la industria local.

Los empresarios advierten que la pérdida de márgenes, el acceso restringido al crédito y la presión impositiva están empujando al sector a un punto límite. “La situación es crítica, muchas pymes trabajan a media máquina o directamente suspendieron turnos”, admiten desde la cámara.

Con una capacidad ociosa que supera el 50% y una demanda que no repunta, la industria textil enfrenta un escenario que amenaza su estructura productiva y su empleo formal. La FITA reclama medidas urgentes para sostener al sector y evitar más cierres.