La deuda golpea más fuerte a los hogares pobres: uno de cada cuatro pidió plata

Actualidad13/11/2025Sergio BustosSergio Bustos
jubilados
"No hay plata".

La economía cotidiana de las familias argentinas volvió a quedar bajo la lupa con la última publicación del INDEC. El organismo difundió un informe basado en la EPH que refleja cómo se reacomodaron los hogares para cubrir gastos esenciales durante el primer semestre del año. La conclusión general exhibe una tensión creciente: los sectores de menores ingresos dependen cada vez más de redes personales para sostenerse.

El dato más fuerte lo muestra el primer grupo de análisis: el 22,5% de los hogares pobres pidió dinero a familiares o amigos para afrontar consumos básicos. Esa proporción marca una tendencia que combina vulnerabilidad e incertidumbre financiera. En los sectores medios el indicador cae al 13,3%, mientras que en los hogares de mayores ingresos llega al 8,3%.

El endeudamiento con el sistema financiero también deja diferencias claras. En los hogares más pobres, el 13,9% recurrió a bancos; en los sectores medios el porcentaje sube al 15%, mientras que en los niveles altos llega al 13,3%. La foto consolidada indica que el 16,1% de los argentinos usó créditos bancarios, mientras el 14,2% se financió con personas de su entorno.


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La comparación con años anteriores marca que el uso de préstamos bancarios había perdido peso entre 2020 y 2023. El pico histórico, registrado en 2019, parecía lejano. Sin embargo, desde 2024 llegó un rebote, y el recurso volvió a ubicarse en niveles similares a los previos a la pandemia.

Un punto que alarma a los especialistas es la erosión de la capacidad de ahorro. El 40,8% de los hogares desarmó ahorros o vendió pertenencias para financiar gastos corrientes. La mayoría corresponde a sectores medios y bajos, donde el ajuste cotidiano deja poco margen para sostener reservas económicas.

El informe del INDEC también muestra un avance en el uso de ayudas directas. La proporción de hogares que recibieron asistencia en especie del Estado, organizaciones sociales o iglesias creció del 2,2% al 6,3% entre 2016 y 2025. Entre los hogares de ingresos bajos ese número trepa al 13%, lo que señala un aumento significativo en la dependencia de apoyos externos.

La lectura de estos datos revela un esquema de sobrevivencia compuesto por múltiples estrategias. Algunas familias alternan entre créditos formales, préstamos informales y venta de bienes; otras dependen de ayudas estatales u organizaciones comunitarias. El informe refleja que esa combinación se volvió habitual en un contexto de inflación persistente y salarios que no logran acompañar los aumentos de precios.


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La brecha entre los distintos niveles de ingreso se profundiza porque cada grupo accede a mecanismos diferentes. Los sectores altos recurren a bancos con menor frecuencia y disponen de recursos propios para evitar préstamos informales. Los sectores medios oscilan entre ambas opciones, mientras que los hogares pobres dependen en mayor medida del apoyo interpersonal para sostener gastos elementales.

La tendencia expuesta por el INDEC también abre un interrogante sobre la capacidad de recuperación de los hogares en los próximos meses. Con un nivel de endeudamiento creciente y una economía que aún no muestra señales firmes de alivio, las familias ingresan en una etapa donde el margen de maniobra es cada vez más estrecho. Las decisiones financieras pasan a ser parte central de la rutina diaria y no un hecho excepcional.

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