Universidad acusó al 90% de sus alumnos de usar IA y tuvo que pedir disculpas

Una universidad australiana quedó envuelta en un escándalo académico tras acusar a miles de estudiantes de usar inteligencia artificial para hacer trampa. La historia terminó con disculpas públicas y una crisis institucional que aún sacude los pasillos de la Australian Catholic University (ACU).

Todo comenzó cuando hasta el 90% de los alumnos fue señalado por haber utilizado IA en sus trabajos. El sistema de control usado por la institución —el popular software Turnitin— detectó supuestas irregularidades en presentaciones y ensayos. Pero pronto se descubrió que las acusaciones estaban basadas en un error del algoritmo.

“Aquí hay gato encerrado”, pensaron los estudiantes, cuando recibieron notificaciones de sanción masiva. Ante la presión y las quejas, la universidad ordenó una revisión general. El resultado fue lapidario: más de un cuarto de los casos eran falsos positivos.

OTRAS NOTICIAS:

Amor virtual: En Japón, una mujer se casó con un personaje creado en ChatGPT

El programa Turnitin, muy utilizado en colegios y universidades, había incorporado en 2023 un detector específico para IA. Sin embargo, la propia empresa advierte en su web que el sistema puede equivocarse. Pese a eso, ACU lo usó como prueba única para acusar a unos seis mil estudiantes.

Medios como ABC News revelaron que la universidad ignoró las advertencias del proveedor y confió ciegamente en el informe automatizado. Esto desató un fuerte debate sobre la ética de los métodos de evaluación y el uso de tecnología sin control humano.

Un estudio de 2025 realizado por la IA Claude, de Anthropic, mostró que los universitarios emplean herramientas de inteligencia artificial para resolver problemas, crear resultados o colaborar en proyectos. Pero la frontera entre asistencia y trampa todavía no está del todo clara.

OTRAS NOTICIAS:

La Academia de Medicina rechazó los tratamientos de transición de género en menores

“El problema no es usar IA, sino cómo se usa y cómo se evalúa”, sostienen expertos en educación. En varios países, los estudiantes empiezan a cuestionar también el uso que hacen los profesores de la IA para preparar clases y corregir exámenes.

Tras el escándalo, la ACU reconoció los errores del software y pidió disculpas formales a los alumnos afectados. Aun así, siguió aplicando el sistema durante un año más antes de descartarlo, lo que agravó el enojo de la comunidad universitaria.

El caso reabrió el debate sobre el lugar de la inteligencia artificial en la educación, donde las fronteras entre creatividad, automatización y fraude parecen cada vez más difusas.