La tecnología redefine la atención de bebés prematuros y transforma la supervivencia neonatal

Cada 17 de noviembre, el Día de la Prematuridad abre un espacio para analizar cómo avanza la atención de los bebés que nacen antes de tiempo y cuáles son las condiciones que determinan su supervivencia. Los datos de la Organización Mundial de la Salud muestran un panorama que interpela a los sistemas sanitarios, ya que 13,4 millones de bebés nacieron de forma prematura en 2020 y las complicaciones derivadas de esta condición provocaron cerca de 900.000 muertes en 2019. Mientras los países de ingresos altos registran tasas de supervivencia muy elevadas, en regiones con menos recursos más del 90% de los bebés extremadamente prematuros no logra sobrevivir, un contraste que refleja desigualdades persistentes.

Los especialistas insisten en que la tecnología se integró al cuidado prenatal para mejorar el acceso y la calidad de los controles. Las plataformas de telemedicina, las aplicaciones móviles y los dispositivos wearables permiten que madres y equipos de salud mantengan un seguimiento constante, con datos que se actualizan en tiempo real. “La tecnología permite identificar embarazos de riesgo con más anticipación y precisión”, indicaron expertos de Centros de Servicios Hospitalarios (CSH), quienes remarcan la importancia de herramientas que facilitan el monitoreo frecuente del estado materno y fetal.

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Ese abordaje se completa con software de análisis de imágenes en ecografías, biomarcadores presentes en sangre y sensores que detectan contracciones o variaciones en el ritmo cardiaco materno-fetal. Los sistemas que integran esta información generan alertas tempranas para anticipar situaciones que pueden derivar en consultas urgentes. Desde CSH destacan que estas soluciones “permiten detectar preeclampsia, restricción del crecimiento fetal y signos de trabajo de parto prematuro antes de que sean clínicamente obvios”, lo que da margen para intervenir de forma precoz.

En paralelo, la prematuridad también encuentra respuestas más avanzadas dentro de las Unidades de Cuidados Intensivos Neonatales, donde la tecnología redefine la atención. Las UCIN modernas incorporan incubadoras de última generación, ventilación no invasiva inteligente, bombas de infusión que regulan con precisión la administración de fármacos y sistemas de monitoreo continuo que reducen la necesidad de intervenciones repetidas. Según los especialistas, “estas mejoras están diseñadas para reducir eventos adversos, mejorar el control térmico y optimizar la administración segura de fármacos y líquidos”, un objetivo central para los primeros días de vida.

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El monitoreo constante es uno de los pilares de las nuevas prácticas. Sensores inalámbricos registran frecuencia cardíaca, saturación de oxígeno, respiración y temperatura sin interrumpir al bebé, lo que favorece la estabilidad clínica y permite sostener el contacto piel a piel cuando está indicado. Los expertos remarcan que “esta información constante es esencial para la detección temprana de apnea, bradicardias, desaturaciones o deterioro infeccioso”, ya que proporciona datos confiables sin procedimientos invasivos.

La irrupción de la inteligencia artificial sumó otra dimensión al cuidado neonatal. Los modelos de machine learning procesan monitoreos continuos, historiales clínicos y resultados de laboratorio para identificar patrones que anticipan sepsis, fallos respiratorios o necesidad de intervenciones específicas. Los estudios citados por CSH indican que la IA genera alertas predictivas que colaboran con decisiones críticas como la dosificación de medicamentos, el momento de la extubación o la evaluación para el alta, siempre como complemento de la valoración médica.

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El recorrido tecnológico, tanto en el período prenatal como en el neonatal, muestra que la innovación puede acortar brechas entre países y ofrecer mejores oportunidades de supervivencia a bebés que nacen en situaciones de alta vulnerabilidad. Con información en tiempo real, monitoreo continuo y decisiones clínicas más precisas, la tecnología se consolida como un soporte vital que mejora la calidad de vida desde los primeros minutos de vida.

Fuente: NA.