Vínculos que curan: cómo perros y gatos transforman el bienestar humano

Los primeros indicios aparecen en los movimientos más simples: un perro que busca contacto, un gato que ronronea sobre el regazo. La escena se replica en miles de hogares y describe una verdad cada vez más visible: los animales modifican el ánimo y mejoran la vida diaria. En tiempos de ansiedad y exigencias intensas, esa diferencia se nota.

En consultorios y universidades circulan estudios que apuntan en la misma dirección. Los especialistas remarcan que convivir con un perro o un gato potencia la felicidad, baja la tensión y ordena la mente. La ciencia lo toma como una variable seria y lo analiza con detalle.

La observación constante confirma que estos vínculos promueven atención plena. PlosOne publicó un trabajo que mostró mejoras en la concentración tras sesiones breves con perros entrenados. Los investigadores sostienen que el contacto directo con mascotas reduce la dispersión y aporta estabilidad mental.

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Esa conexión emocional crece con pequeñas rutinas. Caminar, jugar o simplemente compartir silencio tiene un efecto que sorprende incluso a los veterinarios. “Durante la pandemia vimos cuánto sostuvo una mascota a quienes estaban solos”, afirmó Juan Atilio Di Paolo en una conversación previa con Infobae.

El comportamiento felino suma otro capítulo. El ronroneo —un sonido que muchos asocian con calma— no solo serena: también ayuda a disminuir dolor y tensión muscular. Los expertos explican que las vibraciones del ronroneo generan alivio y producen un clima de bienestar inmediato.

En el caso de los perros, el impacto también aparece en el plano físico. Su olfato detecta niveles ínfimos de sustancias y permite tareas que ningún instrumento logra con la misma rapidez. La Universidad de Florida describió esa capacidad como un recurso incomparable en misiones complejas.

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La ayuda emocional no es el único aporte. En hospitales, geriátricos, centros educativos y zonas golpeadas por tragedias, estos animales acompañan, guían y sostienen. Su presencia marca un antes y un después en personas que enfrentan momentos duros y necesitan calma inmediata.

Esa entrega se refleja en los perros de asistencia. Su labor es silenciosa, constante y decisiva. “Preparar un perro para salvar vidas es una de mis mayores satisfacciones”, expresó Juan Carlos Lombardi, presidente de ACECC. “No hay nariz más rápida ni oído más sensible para encontrar lo que buscamos”, agregó.

ACECC cumple treinta años y sostiene un trabajo que impacta en todo el país. En su última etapa amplió instalaciones, sumó vehículos, habilitó nuevos caniles y abrió una sala veterinaria equipada. El apoyo internacional les permitió completar obras esenciales y avanzar con proyectos largamente esperados.

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La Royal Canin Foundation acompaña ese crecimiento con financiamiento global. Desde 2020 impulsó iniciativas en diecinueve países y colaboró con más de trescientos animales entrenados. Sus acciones beneficiaron a más de dieciséis mil personas y fomentaron programas que transforman realidades.

Durante su quinto aniversario, la fundación decidió contar historias de distintos rincones del mundo. Argentina forma parte de ese mapa. Los relatos buscan mostrar cómo perros y gatos se vuelven puentes entre crisis y esperanza, entre caos y contención.