Alertan sobre el impacto del sol y piden volver a prácticas simples para evitar daños en la piel
Enfoques19/11/2025
REDACCIÓN
imagen piel calor verano by Grok
La nueva edición de la Campaña Nacional de Prevención del Cáncer de Piel abrió una discusión que busca cambiar costumbres arraigadas. Especialistas de la Sociedad Argentina de Dermatología insistieron en que “los protectores solares no deben ser la única estrategia” y convocaron a revisar conductas que durante décadas fueron parte de la vida cotidiana: limitar la exposición, buscar sombra y cubrir la piel con prendas adecuadas.
La propuesta de este año se apoya en una idea que los propios dermatólogos resumen con claridad desde la experiencia clínica. “Los protectores son excelentes aliados, pero de ninguna manera son la herramienta más importante”, explicó Andrés Politi al presentar las actividades que la SAD desarrolla durante la semana. Su planteo coincidió con el de las dermatólogas Ana De Pablo y Ana Clara Acosta, quienes remarcaron que el mensaje apunta a combinar barreras físicas con cuidados químicos.
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El concepto central gira en torno a rescatar rutinas que estuvieron siempre al alcance. Politi recordó que “nuestras abuelas sabían que si ibas a la playa y te ponías un sombrero no te llegaba el sol a la cabeza”, una imagen que conecta con prácticas tradicionales de distintos lugares del mundo, desde los gauchos hasta pueblos que usan ropa amplia para mitigar el efecto del sol. Esa observación llevó a reforzar que la fotoprotección más efectiva es muchas veces la que se logra con sombra, telas de trama cerrada y horarios prudentes.
Los especialistas describieron el problema con precisión: la creencia extendida de que los protectores alcanzan por sí solos genera conductas riesgosas. “Como me pongo protector, me expongo el doble de tiempo”, ejemplificó Politi, al señalar que esa idea se traduce en daños acumulados que la piel no siempre consigue reparar. La campaña busca revertir esa percepción y promover una estrategia integral.
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A nivel epidemiológico, los dermatólogos vuelven sobre un dato que preocupa. Uno de cada tres cánceres detectados en el mundo se localiza en la piel, un indicador que posiciona a la prevención como eje fundamental. En Argentina se registran alrededor de 1.600 casos nuevos de melanoma por año, una cifra que refuerza la necesidad de incorporar chequeos periódicos y consultas ante cualquier cambio en lunares o lesiones.
La tendencia al bronceado como símbolo de bienestar también quedó en debate. Las lesiones de hoy derivan de exposiciones que sucedieron décadas atrás, lo que evidencia que el daño solar tiene memoria larga. Politi enfatizó la importancia de hablar con las nuevas generaciones: “El sol que toman hoy se les va a pasar en 10 días, pero cuando tengan la edad del papá, de sus tíos o abuelos, eso puede tener consecuencias graves”.
En contraposición con la desinformación que circula en redes, que promueve prácticas como la exposición sin protección o la negativa a usar protector solar, los dermatólogos remarcaron que la evidencia científica es contundente. “Nadie puede discutir seriamente la relación entre la exposición al sol y el cáncer de piel”, advirtió Politi, al tiempo que destacó que los protectores aprobados por organismos regulatorios “son bien seguros”.
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La SAD compartió también un conjunto de recomendaciones que priorizan acciones simples: evitar el sol entre las 10 y las 16, elegir prendas que cubran brazos y cuello, usar sombreros de ala ancha, aplicar protector de amplio espectro con FPS adecuado y renovar la protección durante la jornada. La mirada integral se completa con la observación personal de la piel y la consulta profesional ante cualquier cambio persistente.
La campaña de este año lleva el lema “El bronceado pasa, el daño queda”, una frase que resume la intención de instalar medidas sostenidas que reduzcan riesgos en el futuro. Las proyecciones internacionales muestran que los primeros descensos en mortalidad por melanoma podrían observarse recién dentro de varias décadas, lo que refuerza la importancia del trabajo preventivo.
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En un contexto donde la cosmética y las rutinas de skincare ganaron espacio entre los jóvenes, los dermatólogos valoran que ese interés sirva para incorporar protección solar como hábito, aunque advierten sobre excesos y consumos innecesarios. La prioridad, remarcan, sigue siendo la prevención basada en evidencia y el cuidado sostenido de la piel a lo largo de toda la vida.
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