Oficial chubutense asumió el mando en Marambio mientras la Argentina afianza su presencia antártica

El vicecomodoro Juan Alberto Gómez quedó al frente de la Dotación Nº 57 tras una ceremonia encabezada por el Comando Conjunto Antártico, durante un acto que marcó el inicio formal de la Campaña 2025/2026 y evidenció el peso estratégico que la Argentina asigna a la presencia permanente en la región. La conducción recae en un oficial con extensa trayectoria militar y misiones de paz en Chipre, el Sahara Occidental y la República Centroafricana.

La asunción se realizó el 14 de noviembre y presentó el recambio operativo que se repite cada temporada. El coronel Fernando Gabriel Estévez, responsable del Componente Terrestre del Comando Conjunto Antártico, presidió la formación y destacó la continuidad del trabajo iniciado por la Dotación Nº 56. Según la comunicación oficial, “cada uno de ellos ha cumplido la misión con gran compromiso y profesionalismo”, una frase que expone el nivel de exigencia permanente que existe en las bases argentinas del Sector Antártico Argentino.

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En paralelo al relevo, el Comando Conjunto remarcó la importancia del sistema que sostiene las actividades científicas, técnicas y logísticas. Este comando trabaja de manera permanente para planificar, gestionar y ejecutar el abastecimiento, el traslado de personal y la asistencia a otras bases, un esquema que incluye misiones aéreas, operaciones terrestres y apoyo a expediciones de investigación. El modelo actual dejó atrás el formato rotativo y consolidó una conducción estable bajo la órbita del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas.

La estructura antártica argentina contempla trece bases, siete de ellas permanentes. Marambio y Orcadas se presentan como pilares por su valor logístico, su pista aérea y su continuidad histórica. Las tareas principales abarcan investigaciones científicas y mantenimiento de instalaciones, además del apoyo a buques, aeronaves y refugios dispersos en el territorio. Ese andamiaje sostiene campañas científicas que solo pueden ejecutarse gracias al despliegue sostenido de las Fuerzas Armadas.

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La llegada del vicecomodoro Gómez al mando de Marambio incorpora una figura con una carrera amplia dentro de la Fuerza Aérea. Su primer egreso fue en 1996, luego formó parte del Grupo de Operaciones Especiales y cumplió funciones como instructor militar, jefe de compañía y oficial de enlace. Su recorrido incluye experiencias de búsqueda y rescate, trabajo en selvas de Costa Rica y participación en operativos vinculados al hallazgo arqueológico de un asentamiento precolombino.

En su trayectoria internacional se destacan sus roles en misiones de paz, entre ellas la UNFICYP en Chipre, donde fue paracaidista de rescate y observador militar; la MINURSO en el Sahara Occidental, donde actuó como oficial de enlace; y la MINUSCA en la República Centroafricana, donde integró el Estado Mayor como jefe de Personal. “Ser los ojos y los oídos de las Naciones Unidas en el terreno”, expresó Gómez al explicar la responsabilidad que demanda ese tipo de despliegues.

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La carrera del vicecomodoro Gómez también se distingue por su rol dentro del Grupo de Operaciones Especiales, donde profundizó tareas de paracaidismo militar, rescate en zonas hostiles y asistencia en misiones de alta complejidad. Su participación en búsquedas como el operativo Esperanza III y IV en la selva de Talamanca, en Costa Rica, lo ubicó frente a territorios adversos en los que detectó restos arqueológicos precolombinos y consolidó reconocimiento profesional por su pericia técnica. En paralelo, adquirió experiencia en navegación terrestre, comunicaciones tácticas, primeros auxilios y manejo avanzado de vehículos 4x4, aptitudes que hoy resultan esenciales para la conducción de operaciones en un ambiente extremo como el antártico.

La Antartida no es solo un espacio de operaciones militares. La vida cotidiana avanza con ritmo propio y el cierre del ciclo lectivo de la Escuela Nº 38 “Presidente Raúl Alfonsín” en la Base Esperanza, es un recordatorio de ello ya que se celebró la graduación de dos estudiantes y el final de un año académico que se sostiene gracias al trabajo de docentes y familias que viven en un aislamiento extremo. “Un año más de educación en la Antártida Argentina”, resaltó la comunicación oficial al reconocer el esfuerzo de la comunidad educativa.

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La campaña que inicia la Dotación Nº 57 demanda organización, logística y constancia, elementos que se vuelven determinantes en un territorio donde el clima condiciona cada tarea. La presencia argentina en la Antártida se apoya en una estructura que combina defensa, ciencia y servicios esenciales, un sistema que se renueva temporada tras temporada con el objetivo de garantizar soberanía, investigación y continuidad operativa.