Río Negro despliega estaciones meteorológicas para anticipar el clima extremo

Río Negro avanza con un plan que cambia la forma de entender el clima en la Región Sur. Ocho estaciones meteorológicas automáticas se instalaron o están en proceso de montaje en Mamuel Choique, El Caín, Pilquiniyeu, Los Menucos, Comallo, Sierra Colorada, Valcheta y Jacobacci. El objetivo es simple y potente: generar datos confiables para anticipar eventos críticos y tomar decisiones públicas con mayor precisión. “Es una base para obras, producción y manejo del territorio”, explicaron desde el Departamento Provincial de Aguas (DPA).

El avance llega después de años de registros dispersos o incompletos. En muchos parajes, la lluvia y la nieve se medían de forma manual por vecinos que sostenían series históricas con cuadernos, pluviómetros caseros y mucha paciencia. Con el paso del tiempo, esa red se debilitó. “Con el envejecimiento de quienes realizaban esos registros, parte de las series dejó de sostenerse”, señaló Fernando Bodoira, coordinador de Recursos Hídricos del DPA.

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Las nuevas estaciones transmiten datos en tiempo real y permiten sumar variables que antes no se medían de forma continua: viento, temperatura, presión y humedad. Esa información alimenta modelos hidrológicos necesarios para diseñar desagües pluviales, puentes y obras de drenaje. “Los datos meteorológicos son la base de los modelos hidrológicos e hidráulicos”, remarcó Bodoira.

La Región Sur es la zona más despoblada y, a la vez, la que menos mediciones tiene. Por eso, este despliegue representa un salto. Cada estación implica una inversión cercana a 900.000 pesos e incluye instrumental, soportes, cerco perimetral y logística de traslado. Además, demanda mantenimiento permanente, calibraciones y reemplazos de sensores. Nada queda librado al azar.

El salto tecnológico también se apoya en la conectividad satelital que llegó a los parajes. Antes, las estaciones dependían de chips o telefonía celular que no funcionaban en zonas remotas. Ahora, con internet en comisiones de fomento y escuelas, el monitoreo se volvió más económico, estable y accesible.

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Los datos permiten evaluar tormentas intensas que afectan caminos, viviendas y redes de servicios. “Las tormentas de verano son muy puntuales. Llueve mucho en un lugar y nada diez kilómetros más allá. Con más estaciones aumentan las chances de medir esos fenómenos”, explicó Bodoira. 

El programa busca sumar a las comunidades como parte activa del sistema. El DPA entregará pluviómetros a productores interesados en continuar mediciones manuales, mientras las estaciones automáticas se extienden. “La idea es que la persona del lugar se apropie de la información y sea generadora del dato”, destacó el funcionario.

En Mamuel Choique, el cambio ya se siente. “Durante más de diez o quince años medimos la lluvia con un pluviómetro casero. Ahora tenemos datos en tiempo real”, contó Néstor Nahuelfil, poblador del paraje. Lo que antes quedaba en un cuaderno familiar hoy se convierte en información pública accesible para escuelas, productores y habitantes.

La meta del DPA es llegar a la mayor cantidad de parajes, incluso si no todos tendrán estaciones completas. “Sería ideal alcanzar las 34 comisiones de fomento. Si cubrimos la mitad, ya será un primer paso importante”, adelantaron desde el organismo.

Con un registro online abierto y un instructivo accesible, la provincia busca que la Región Sur tenga, por primera vez en décadas, una red de datos propia, continua y de calidad. Un insumo vital en tiempos de clima cambiante y obras que dependen de información precisa.