Honduras define su futuro político entre tres perfiles opuestos que buscan llegar a la Presidencia

En el análisis difundido por el podcast Noticias de América de Radio Francia Internacional (RFI), el politólogo hondureño Sergio Vélez trazó un mapa preciso sobre los tres candidatos que disputan la Presidencia de Honduras. Rixi Moncada, Salvador Nasralla y Tito Asfura llegan a la elección con perfiles muy diferentes, trayectorias opuestas y niveles de apoyo que se mueven según el recuerdo reciente de crisis políticas y la expectativa social sobre un cambio de rumbo.

La figura de Moncada aparece asociada al oficialismo del Partido Libre, una fuerza que irrumpió como alternativa al viejo bipartidismo pero que carga con contradicciones internas. Vélez señaló que “Rixi Moncada es una persona que tiene el conocimiento claro de la gestión de gobierno”, y destacó el respaldo que recibe dentro de la militancia. “Se le ha reconocido como la gran líder”, afirmó, al describir una personalidad firme que proyecta autoridad. Sin embargo, el propio consultor advirtió sobre el límite de ese estilo. “Esa dureza ha generado poca empatía con otros sectores que pueden ser de interés dentro del electorado”, remarcó.

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Desde el Partido Liberal, Nasralla intenta capitalizar su presencia mediática y su contacto permanente con el público. Vélez describió al candidato como alguien habituado a dominar escenas televisivas. “Es una persona muy carismática. Sabe cómo manipular audiencias, cómo decir lo que la gente quiere escuchar”, aseguró. Ese mismo rasgo lo convierte en un aspirante observado con cautela por sectores que esperan solidez institucional. Para el politólogo, “hoy puede decirte algo y mañana cambia toda la temática… no termina de cuajar con la idea de estadista”, una percepción que lo acompaña desde procesos electorales previos.

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En el caso de Asfura, la mirada pública se divide entre su imagen de gestor urbano y las sombras de su propio espacio político. El empresario conservador, que recibió respaldo de Donald Trump, exhibe como fortaleza su paso por la alcaldía de Tegucigalpa. Vélez lo definió como un candidato menos mediático: “Asfura es una persona más reservada. Le gusta trabajar más que estar en cámara”, apuntó. Aun así, indicó que el peso del Partido Nacional condiciona su candidatura. “Él entra bajo una sombra que no es de él… Y fue lo que pasó con Juan Orlando Hernández”, recordó, en alusión al expresidente condenado por narcotráfico en Estados Unidos.

El podcast repasó también la tensión que persiste desde la elección de 2017, cuando un apagón alteró el flujo de datos y derivó en acusaciones de manipulación. La crisis posterior dejó más de veinte muertos, según informes de la ONU, y alimentó una desconfianza que aún recorre el escenario político hondureño. En ese contexto, el desempeño de los candidatos y la claridad del proceso serán determinantes para evitar que el país vuelva a revivir episodios de violencia o incertidumbre institucional.

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La elección del 30 de noviembre pondrá a prueba la capacidad de cada figura para atraer votantes más allá de sus bases tradicionales. Honduras llega a esta instancia con una sociedad que exige rumbo, estabilidad y diálogo político, mientras observa cómo tres perfiles tan distintos compiten por un poder que continúa marcado por las huellas de su historia reciente.

Material publicado por gentileza Radio Francia Internacional