La CGT rechazó por “insuficiente” el salario mínimo fijado por el Gobierno y alertó por la pérdida de ingresos

La CGT volvió a marcar distancia del Gobierno tras la reunión del Consejo del Salario. El Ejecutivo fijó el Salario Mínimo, Vital y Móvil en $328.400, una decisión que la central calificó como “insuficiente” y “desconectada de la realidad”. “La cifra impuesta desconoce las necesidades básicas de millones de trabajadoras y trabajadores”, sostuvo la conducción sindical en un comunicado.

El encuentro terminó sin consenso entre empresarios, Estado y gremios, lo que habilitó al Gobierno a imponer el monto por la vía del laudo. Para la CGT, esa maniobra profundiza el deterioro institucional del espacio tripartito. “El laudo debilita el rol del Consejo del Salario”, advirtieron, y remarcaron que la medida apunta a limitar el peso del salario mínimo sobre el resto de las escalas salariales.

OTRAS NOTICIAS

Real Madrid ganó con autoridad en Bilbao pero sigue a un paso del liderazgo

Los gremios habían llevado una propuesta orientada a recuperar parte del poder adquisitivo perdido desde noviembre de 2023. El planteo incluía aumentos mensuales del 11,4% hasta abril de 2026, con un acumulado del 71,6%, aunque ese número aún quedaba lejos de la Canasta Básica Total, hoy ubicada en $1.176.852. El laudo dejó el ingreso básico muy por debajo de ese nivel.

La central obrera advirtió que la decisión oficial consolida una tendencia que, según sus diagnósticos, viene erosionando la estructura salarial hace años. El golpe al bolsillo se siente con más fuerza en un contexto de inflación persistente, aumentos de tarifas y caída de la actividad económica, factores que agravan la situación de trabajadores formales, informales y desocupados.

OTRAS NOTICIAS

Con la presencia de Milei, juraron los nuevos diputados y Martín Menem fue reelecto como presidente

En paralelo, dirigentes de la CGT ya analizan posibles medidas de presión si no se abre una instancia de revisión. Aunque no hubo anuncios formales, crece el malestar interno ante un salario mínimo que, según remarcan, “resulta incompatible con una vida digna” y se aleja cada vez más de su función histórica de protección social.

Mientras el Gobierno defiende su decisión como parte de una estrategia de orden fiscal, el conflicto vuelve a tensar la relación con el sindicalismo y abre un nuevo capítulo en la disputa por los ingresos en un país atravesado por un fuerte retroceso del poder adquisitivo.