
Un año sin respuestas por la detención del gendarme argentino Nahuel Gallo en Venezuela
Actualidad07/12/2025
REDACCIÓN
La detención del gendarme argentino Nahuel Gallo, ocurrida el 8 de diciembre de 2024 en territorio venezolano, cumple un año sin definiciones judiciales ni certezas sobre su situación actual. El cabo primero permanece bajo custodia de autoridades vinculadas al gobierno de Nicolás Maduro, un hecho que generó una tensión diplomática persistente entre ambos países y derivó en gestiones oficiales de alto nivel.


De acuerdo con las presentaciones que realizó Argentina ante organismos internacionales, Gallo fue interceptado cuando intentaba ingresar a Venezuela desde la frontera con Colombia para visitar a su esposa y su hijo, y desde entonces permanece bajo cargos de presunta “vinculación a acciones terroristas” y “espionaje”. El Gobierno argentino calificó la detención como “arbitraria e ilegal” y la denunció como “desaparición forzada” ante la ONU y la OEA, en un intento por destrabar la situación.
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El embajador argentino en la Corte Penal Internacional, Diego Sadofschi, formalizó además una denuncia por “violaciones a los derechos humanos” y solicitó el arresto de Maduro y de Diosdado Cabello. La causa se transformó en un punto central del conflicto diplomático, a medida que el entorno del gendarme sumó testimonios y reclamos públicos para visibilizar su condición.
Su esposa, María Alexandra Gómez, relató en julio que Gallo permaneció en la Cárcel de El Rodeo, un penal ubicado en el estado Miranda. La mujer sostuvo que regresó con su hijo a la Argentina un mes después del testimonio ante la prensa, aun cuando su intención era permanecer allí hasta que se resolviera la situación. “Yo no quería venirme porque mi intención era regresar con Nahuel, como lo habíamos planificado”, declaró entonces.
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Durante los primeros meses, la familia recibió mensajes contradictorios de autoridades venezolanas. El fiscal de la República, Tarek William Saab, le transmitió a Gómez que la detención “había sido un error”, que se trataba de “un conflicto diplomático” y que debía “esperar y tener paciencia”. Esa postura nunca se tradujo en un cambio concreto en la situación del gendarme, que continuó bajo custodia sin avances visibles.
En septiembre, la madre del cabo primero, Griselda Heredia, expuso públicamente su preocupación por la falta de información y mencionó que sintió mayor inquietud cuando Estados Unidos envió una flota al Caribe. “Lo único que me supo decir Bullrich fue que me quede tranquila, que ellos están constantemente haciendo lo posible y trabajando”, relató sobre el contacto que mantuvo con la exministra de Seguridad.
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Mientras tanto, Argentina mantuvo la estrategia de recurrir a instituciones multilaterales para reclamar garantías procesales y acceso consular. Las gestiones forman parte del intento oficial de sostener una presión internacional que permita que Venezuela entregue información certificada sobre el paradero y el estado de salud del gendarme.
A un año de su detención, Gallo continúa bajo custodia venezolana, posiblemente aún en un establecimiento de máxima seguridad en las afueras de Caracas, donde permanecía desde julio de 2025. Sin novedades judiciales ni acceso directo, el caso se mantiene en el centro de la agenda diplomática y continúa generando inquietud en el entorno del cabo primero.
Fuente: NA, Clarín

















