El cometa 3I/ATLAS roza su punto más cercano y abre una ventana única para observarlo

El cometa 3I/ATLAS se prepara para su mayor acercamiento a la Tierra y concentra la atención de la astronomía mundial. Detectado el 1 de julio de 2025, este objeto no pertenece al sistema solar y ya ocupa un lugar especial entre los grandes hallazgos del año.

Su trayectoria hiperbólica confirmó desde el inicio que llegó desde otro sistema estelar. Se trata del tercer visitante interestelar reconocido, después de ‘Oumuamua y Borisov, y su paso permitió observar un fragmento ajeno al Sol con tecnología moderna.

La expectativa creció rápido, dentro y fuera del ámbito científico. Durante meses, el cometa alimentó debates, hipótesis y especulaciones, mientras telescopios de todo el mundo seguían cada cambio en su brillo y comportamiento.

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El viernes 19 de diciembre marcará un momento central de ese seguimiento. A las 03.00 de la madrugada en Argentina, 3I/ATLAS alcanzará su punto más cercano, a unos 270 millones de kilómetros del planeta.

No se podrá ver a simple vista, pero sí con telescopios de gran apertura. Quienes cuenten con instrumentos superiores a 20 centímetros podrán buscarlo en la constelación de Leo, mientras los grandes observatorios registran datos precisos.

Más de 200 instalaciones astronómicas participaron de su monitoreo constante. Observatorios terrestres y sondas espaciales aportaron imágenes y espectros que revelaron un objeto mucho más grande y pesado de lo esperado.

Las estimaciones indican un núcleo de al menos cinco kilómetros de diámetro. Su masa supera ampliamente a la de otros visitantes interestelares conocidos y refuerza la idea de un cometa antiguo y resistente.

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Durante su paso cerca del Sol, mostró actividad típica de cometas. Emitió gas y polvo, lo que descartó teorías artificiales y sostuvo el consenso científico sobre su origen natural.

Uno de los rasgos más llamativos fue un patrón regular de destellos. Los astrónomos detectaron emisiones cada 16 horas, asociadas a la rotación del núcleo y a la liberación rítmica de material.

Con su alejamiento definitivo, 3I/ATLAS dejará datos que se estudiarán por años. Su paso fugaz amplió el conocimiento sobre otros sistemas planetarios y abrió nuevas preguntas sobre el universo cercano.