Brigadistas y aviones hidrantes trabajan para frenar focos de incendio en el sur de La Pampa

En gran parte del norte de la Patagonia, las temperaturas registradas durante estos días marcan un escenario de calor intenso que se propaga hacia las provincias vecinas. Esta situación meteorológica incide directamente sobre el territorio de La Pampa, donde actualmente los equipos de emergencia focalizan sus tareas en dos incendios de gran magnitud. Los puntos más críticos se encuentran en las zonas rurales de Jacinto Arauz y Alpachiri, donde la vegetación seca facilita el fuego rápido por el campo.

Los brigadistas de la Dirección de Defensa Civil concentran su actividad en el cruce de las rutas provinciales 1 y 28, cerca de la localidad de Jacinto Arauz. Tres cuadrillas de operarios despliegan herramientas de mano y maquinaria para contener el foco que surgió durante las últimas horas del martes. Para reforzar el operativo por tierra, un avión hidrante del Servicio Nacional de Manejo del Fuego realiza descargas de agua constantes sobre las líneas más activas.

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En paralelo, otro frente demanda la intervención de los bomberos en las inmediaciones de Alpachiri, también sobre la ruta provincial 1. En este sector trabajan de manera coordinada los cuarteles de esa misma localidad junto a los efectivos que llegaron desde Miguel Riglos. Los voceros del operativo indicaron que las tareas realizadas durante el lunes permitieron contener otros focos menores que amenazaban estancias cercanas a la zona urbana del sur pampeano.

El pronóstico para los primeros días de enero anticipa una situación de peligro extremo debido a las condiciones atmosféricas desfavorables en toda la provincia. El informe técnico elaborado por los especialistas nacionales describe un panorama de vulnerabilidad absoluta para el ecosistema. "Durante el período de vigencia de este informe se prevé un ascenso marcado de temperatura", señalaron los técnicos encargados de monitorear la evolución del clima en la región central del país.

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A la falta de humedad y el calor sofocante se suma la posibilidad de fenómenos eléctricos que complican las tareas de prevención en el norte provincial. Las autoridades manifestaron su preocupación por la caída de rayos en sectores de difícil acceso donde el combustible vegetal abunda. "El indicador de incendios por rayos se encuentra sobre el umbral para la facilidad de ignición, se recomienda el monitoreo local", advirtieron desde el organismo nacional para orientar las patrullas preventivas.

La superficie afectada por los siniestros ocurridos durante las últimas jornadas alcanzó dimensiones considerables según los relevamientos preliminares oficiales. David García, responsable de Defensa Civil de La Pampa, precisó que hasta el último domingo se quemaron aproximadamente 83.000 hectáreas. El funcionario remarcó que esta cifra representa una estimación inicial porque la nubosidad y el humo denso impiden a veces obtener imágenes satelitales con la nitidez necesaria para un cálculo definitivo.

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La sequedad de los pastizales funciona como un factor determinante para la propagación veloz de las llamas cuando soplan vientos intensos en la llanura. García analizó que el encuentro de distintas variables climáticas genera un entorno propicio para la aparición de focos de gran escala y difícil control. "Se está dando una combinación perfecta para este tipo de fenómenos a partir de la existencia paralela de calor, elementos combustibles y viento", aseguró el titular del área durante una entrevista radial reciente.

El despliegue de los recursos humanos involucró a una gran cantidad de cuarteles de bomberos voluntarios que recorrieron cientos de kilómetros para prestar ayuda. La Federación de Asociaciones de Cuerpos de Bomberos Voluntarios de La Pampa reportó movimientos intensos de personal en áreas como Rucanelo, Santa Isabel y Gral. San Martín. Los voluntarios de localidades como Winifreda, Trenel y Victorica también participaron activamente en la contención de incendios que amenazaron rutas nacionales.

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Los registros históricos inmediatos ya mostraban un crecimiento en la cantidad de incidentes ambientales durante el mes de noviembre, con 14 fuegos forestales detectados. En aquel momento, las llamas consumieron casi 39.000 hectáreas, lo que puso a prueba la capacidad de respuesta de todo el sistema de emergencias provincial. Las autoridades solicitan a los ciudadanos redoblar los cuidados durante la temporada de vacaciones para evitar negligencias que puedan derivar en nuevos desastres sobre la geografía.

Fuente: Diario La Arena