


La conductora declaró haber perdido el control del vehículo, un Suzuki Fun gris, debido a la gran cantidad de ripio en el camino, resultando en que el auto volcara y terminara en posición invertida dentro de un canal de riego.


A pesar del susto, la mujer logró llamar a su esposo, quien llegó al lugar del accidente y trasladó a su familia al Hospital de Gaiman. Allí, los médicos constataron que, afortunadamente, solo habían sufrido golpes y no presentaban ninguna lesión grave, por lo que fueron dados de alta después de ser revisados.
El vehículo fue retirado del canal de riego por una grúa varias horas después del accidente.


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