


La reciente victoria del equipo sobre Newell’s Old Boys sumó nuevos reclamos por decisiones arbitrales que dejaron al club bajo la lupa, reavivando las sospechas sobre su relación con el presidente de la AFA, Claudio "Chiqui" Tapia.
El partido frente a Newell’s, disputado en la fecha 7 del Torneo Apertura, se convirtió en el nuevo foco de la controversia. Dos penales no cobrados en favor del equipo rosarino y una infracción previa al segundo gol de Barracas que el árbitro Pablo Echavarría y el VAR ignoraron, desataron las críticas de hinchas y analistas. La jugada más discutida fue una mano clara de Yonatthan Rak en el área de Barracas que no fue sancionada, generando indignación en los jugadores leprosos.
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Pero este no fue un hecho aislado. Barracas Central ya había protagonizado situaciones similares en el empate 1-1 frente a Defensa y Justicia, donde un penal dudoso sancionado en tiempo adicional le permitió rescatar un punto. En otro encuentro polémico, en su triunfo 1-0 contra Banfield, el equipo de Matías Tapia—hijo del presidente de la AFA—se benefició con un gol en posición adelantada que ni el árbitro Luis Lobo Medina ni el VAR advirtieron.
Desde su llegada a Primera División, en 2022, Barracas ha sido objeto de reiterados reclamos por parte de otros equipos. En 2024, el empate 2-2 ante Independiente generó una ola de protestas cuando el árbitro Pablo Dóvalo, uno de los que más ha dirigido a Barracas, no expulsó a un jugador del equipo porteño tras un planchazo a Iván Marcone y desestimó un claro penal para el Rojo.
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Otro de los episodios más recordados ocurrió en 2022, cuando en un encuentro clave por la permanencia, Barracas venció 2-1 a Patronato en un partido cargado de polémicas. En esa ocasión, el VAR anuló dos goles al equipo entrerriano por intervenciones discutidas, mientras que el árbitro Jorge Baliño expulsó a Nicolás Castro y al DT Facundo Sava, desatando la furia de todo el plantel del Patrón.
Las recurrentes decisiones a favor de Barracas Central han generado cuestionamientos sobre la influencia de la dirigencia de la AFA en los arbitrajes. Claudio Tapia, actual presidente de la entidad, tiene una relación directa con el club, y su hijo Matías Tapia ocupa la presidencia de Barracas. Además, el rol de Federico Beligoy, encargado del arbitraje en Argentina, ha sido puesto en duda en más de una oportunidad por su gestión de los jueces y la asignación de árbitros a los partidos del equipo.
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A medida que se acumulan los fallos arbitrales que benefician a Barracas Central, crece el debate sobre la transparencia en el fútbol argentino. La sospecha de un trato preferencial sigue latente, alimentada por decisiones que, jornada tras jornada, parecen inclinar la balanza en favor del club vinculado a la cúpula de la AFA.







