Petróleo, silencio y militarización: el avance británico en Malvinas

Actualidad28/03/2025Sergio BustosSergio Bustos
malvinas petroleo
Proyecto de explotación petrolera de Malvinas.

A 43 años del inicio de la guerra, Malvinas vuelve al centro del conflicto. El Reino Unido acelera sus planes de explotación. La Argentina guarda silencio.

El proyecto Sea Lion entró en una nueva etapa. El yacimiento alcanzará los 150.000 barriles diarios. La firma israelí Navitas Petroleum lidera el desarrollo junto a la británica Rockhopper.

La explotación se ubica a 220 kilómetros al norte de las islas. Corresponde a los bloques PL032 y PL004b. Son áreas bajo ocupación británica desde 1982.

El informe ‘March 2025 NSAI Independent Report’ dio el marco técnico. Detalla una inversión de 4.000 millones de dólares. El costo por barril se estima en 24 dólares.

Los recursos descubiertos alcanzan los 917 millones de barriles. Además, proyectan otros 409 millones para las fases futuras. La explotación tendrá tres etapas bien definidas.

La primera fase contempla 11 pozos. Estiman una producción de 170 millones de barriles. La segunda agregará 12 pozos y 149 millones de barriles.

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La tercera y última fase aportará 16 pozos. Se calcula un total de 95 millones de barriles adicionales. El inicio será con 55.000 barriles diarios.

A medida que avance el proceso, la producción escalará hasta 150.000 barriles por día. La decisión final de inversión llegará en 2025.

Navitas ya firmó acuerdos de ingeniería. Se enfocan en la plataforma FPSO y equipamiento submarino. La infraestructura crece mientras el gobierno argentino calla.

El silencio oficial inquieta. Desde Cancillería y Presidencia no hubo comunicados. La ausencia de respuesta se vuelve política de Estado.

Reino Unido refuerza su presencia militar. Malvinas alberga la base más importante del Atlántico Sur. Es la puerta geopolítica a la Antártida.

Desde 1982, los británicos duplicaron la población kelper. Lo hicieron mediante inmigración, sobre todo chilena. Mano de obra barata y asentamiento consolidado.

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La militarización avanza junto al desarrollo energético. Ambos procesos están conectados. No es defensa, es ocupación.

El control del Estrecho de Magallanes y del Pasaje de Drake da a las islas un rol estratégico. El Reino Unido lo sabe y lo aprovecha.

El continente blanco aparece como la próxima disputa. La Antártida ofrece recursos naturales y ubicación clave. Las islas funcionan como puente y escudo.

El proyecto petrolero no solo contamina. También legaliza una presencia ilegítima. La explotación de recursos en territorio en disputa viola tratados.

El silencio argentino habilita el avance. No hay protestas diplomáticas ni acciones legales visibles. Tampoco reclamos formales ante organismos internacionales.

Escenario Mundial alertó sobre esta falta de reacción. Preguntó por qué Argentina no responde. La nota resuena en sectores patrióticos y estratégicos.

El gobierno británico sostiene el relato de autodeterminación. Los kelpers son usados como pantalla. La decisión no es de ellos.

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Navitas Petroleum no es una empresa aislada. Opera en conjunto con intereses geopolíticos. Su presencia responde a una estrategia mayor.

El recurso energético sostiene la economía de la ocupación. También justifica la inversión militar. Lo que entra por petróleo, se blinda con armas.

Los acuerdos firmados no consideran la soberanía argentina. Tampoco cumplen con normativas ambientales de la región. El impacto ecológico será profundo.

El Atlántico Sur concentra cada vez más intereses. China, Rusia y otros actores observan el movimiento. Las Malvinas vuelven a ser epicentro.

Argentina debe tomar posición. El aniversario del 2 de abril es una oportunidad. No alcanza con homenajes.

La memoria necesita acción concreta. Reclamo diplomático, denuncia legal y presencia regional. El petróleo británico no puede fluir sin respuesta.

Las islas no son solo símbolo. Son recursos, territorio y proyección geoestratégica. El futuro también se disputa ahí.

 

   

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