


Representantes de la UOCRA de Río Negro y Viedma recorrieron las obras del futuro Oleoducto Vaca Muerta Sur. El trayecto incluyó la zona de Punta Colorada, en cercanías de Sierra Grande, donde se concentra uno de los tramos más extensos de esta megaobra energética. Durante la visita, observaron condiciones de habitabilidad, espacios comunes, comedores, áreas de descanso y sectores recreativos para las trabajadoras y trabajadores bajo relación de dependencia de SACDE Techint. “Siempre UOCRA está en la labor de encontrar las mejores condiciones laborales para los trabajadores de la construcción”, expresaron los referentes.
El sindicato realizó una evaluación directa del entorno donde viven y trabajan los obreros. Conversaron con cuadrillas en plena actividad. Escucharon reclamos, tomaron nota de pedidos y observaron falencias en servicios clave. Entre los temas planteados se repitieron las quejas por calidad alimentaria, acceso a agua potable y mantenimiento de los espacios comunes. También surgieron inquietudes sobre la conectividad en una zona donde las comunicaciones fallan. Los dirigentes destacaron la necesidad de respuestas rápidas y concretas.
Desde Techint recordaron la magnitud del proyecto. El oleoducto Vaca Muerta Sur (VMOS) es una de las obras más grandes de las últimas décadas. “Estamos construyendo el proyecto de infraestructura energética más significativo del país de los últimos 50 años”, indicaron desde la empresa. La obra involucra un tendido de 437 kilómetros de cañería de 30 pulgadas. El primer tramo cubre 110 kilómetros entre Allen y Chelforó. El segundo, de 327 kilómetros, se extiende desde Chelforó hasta Punta Colorada. Su trazado atraviesa regiones clave del Alto Valle y conecta con la costa atlántica rionegrina.
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Los representantes gremiales recordaron que los proyectos de esta escala no pueden descuidar lo esencial. Pidieron revisar espacios de descanso, reforzar protocolos de seguridad y mejorar la calidad de los servicios básicos. “La dignidad laboral es parte central de cualquier obra estratégica”, afirmaron. El sindicato busca garantizar que el progreso energético no ocurra a costa del bienestar obrero.
Durante la visita se labraron actas de inspección interna. Se incluyeron observaciones sobre infraestructura, logística, abastecimiento y rutinas de trabajo. También se recopilaron sugerencias de los propios trabajadores. Varias cuadrillas pidieron mayor presencia sindical en la obra. Otros plantearon dificultades en el acceso a servicios médicos y transporte. La UOCRA se comprometió a trasladar los reclamos a la empresa y a gestionar soluciones inmediatas.
En paralelo, SACDE y Techint mantienen el ritmo de obra previsto. El objetivo es completar la conexión entre Vaca Muerta y el Atlántico para ampliar la capacidad de evacuación y exportación del petróleo argentino. “El VMOS representará una mejora significativa en la capacidad de exportación de petróleo argentino”, destacaron desde el consorcio. Con esta infraestructura se busca garantizar el ingreso de divisas, mejorar el abastecimiento energético y consolidar a Argentina como jugador clave en el mercado mundial de hidrocarburos.
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Desde el sindicato insisten en que este avance debe respetar a quienes lo hacen posible. Las condiciones de vida de los trabajadores marcan el verdadero estándar de una obra. Por eso, la UOCRA vuelve a cumplir un rol histórico: velar por los derechos laborales en los grandes procesos nacionales. “Los compañeros construyen el país, merecen respeto y cuidado”, enfatizaron.
El gremio también pidió extender los beneficios del proyecto a las comunidades cercanas. Solicitaron que la obra genere empleo local, impulse servicios regionales y refuerce la infraestructura social. Reclamaron que el crecimiento no quede acotado al ducto, sino que llegue a los pueblos que lo rodean. Señalaron, además, que este tipo de inversiones deben vincularse con planes sostenibles a largo plazo. La energía también necesita justicia territorial.
Por eso, la presencia del sindicato en Punta Colorada no fue un hecho aislado. Forma parte de una política activa de control, defensa y vigilancia gremial. Los referentes dejaron claro que seguirán visitando frentes de obra. Adelantaron nuevas inspecciones y reuniones técnicas. Buscarán mejoras concretas y compromisos verificables. La UOCRA no baja la guardia en ningún rincón del país.
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El proyecto VMOS avanza como uno de los ejes centrales de la estrategia energética argentina. Además de permitir mayores volúmenes de exportación, fortalecerá la infraestructura interna y reducirá costos logísticos. Su trazado combina alta ingeniería, desafíos geográficos y presión política. La UOCRA quiere que esa presión no recaiga sobre las espaldas de los trabajadores. Por eso, cada visita es un mensaje. Cada reclamo, una advertencia.
La experiencia acumulada en obras anteriores sostiene la mirada crítica del gremio. Las constructoras ya conocen el nivel de exigencia sindical. Saben que no se toleran retrocesos en condiciones laborales. Entienden que el acompañamiento gremial también ordena, anticipa y mejora procesos. Por eso, la presencia sindical no molesta. Protege. Cuida. Y exige lo que corresponde.
En tiempos donde se discute el valor del trabajo formal, la UOCRA marca una postura firme. Reivindica la organización, la acción colectiva y el rol de las instituciones laborales. En la obra del oleoducto, como en tantas otras, muestra que sin derechos no hay futuro. Y que sin trabajadores no hay país.



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