

Desarrollan en Argentina un apósito inteligente que acelera la curación y cuida el ambiente
Actualidad18/04/2025

Un grupo de científicas argentinas del CONICET desarrolló un innovador apósito inteligente que no solo acelera la curación de heridas, sino que también alivia el dolor, previene infecciones y es respetuoso con el medio ambiente. El avance fue publicado en la revista Pharmaceutics y representa un paso clave hacia tratamientos más efectivos y sostenibles.
La creación pertenece al equipo liderado por Ayelén Sosa, becaria del CONICET y primera autora del estudio, como parte de su tesis doctoral dirigida por Carolina Martínez y Jimena Prieto, investigadoras del Laboratorio de Bio-Nanotecnología de la Universidad Nacional de Quilmes, en colaboración con el Instituto Multidisciplinario de Biología Celular.
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“Nuestro objetivo fue crear un producto que no solo cubra, sino que ayude activamente a sanar”, señaló Prieto, al explicar que el nuevo apósito está pensado especialmente para personas con heridas crónicas o con condiciones como diabetes y obesidad.
El producto se destaca por incorporar nanopartículas de plata y sulfadiazina de plata, potentes agentes antimicrobianos, junto con vitaminas A y E y componentes anestésicos. La fórmula permite combatir bacterias como Staphylococcus aureus y Pseudomonas aeruginosa, mientras que acelera la regeneración celular y reduce el riesgo de cicatrices.
Las pruebas iniciales se realizaron en laboratorio y en modelos animales como el pez cebra, elegido por su similitud genética con los humanos. Según Sosa, “los resultados fueron muy alentadores en términos de eficacia y seguridad, y ahora se avanza hacia los ensayos preclínicos en mamíferos”.
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Además de su alto rendimiento terapéutico, el apósito fue diseñado con materiales biodegradables, lo que lo convierte en una alternativa ecológica frente a los apósitos convencionales. Puede absorber hasta cuatro veces su peso en líquidos, permite que la piel respire y actúa como barrera contra infecciones.
También participaron del proyecto las investigadoras Celeste Cottet y Mercedez Peltzer, del LOMCEM de la UNQ, y los científicos Belén Berin y Luis Martínez del mismo equipo.
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“El desafío era crear un apósito accesible, seguro, eficaz y ecológico. Creemos que lo logramos y seguiremos trabajando para que llegue a quienes más lo necesitan”, concluyó Carolina Martínez.
Fuente: Iprofesional







