


El Gobierno nacional prepara un nuevo paquete de medidas para incentivar el uso cotidiano de dólares en transacciones locales, en un contexto marcado por la necesidad de estimular la circulación de divisas. La iniciativa, impulsada por el Ministerio de Economía que encabeza Luis Caputo, incluye la habilitación de pagos en dólares a través de tarjetas de débito y códigos QR, algo que, hasta ahora, no ha logrado consolidarse como práctica habitual.
Desde despachos oficiales anticiparon que “cualquier cosa se podrá pagar en dólares”, desde una gaseosa hasta una comida en un restaurante, mediante el uso del celular. El objetivo, según el propio Caputo, es “remonetizar” la economía argentina, bajo la premisa de que cada vez circularán más dólares. La medida busca capitalizar parte del blanqueo de capitales realizado en 2024, que registró ingresos por 15.000 millones de dólares.
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En la práctica, sin embargo, los primeros intentos de implementación, como el uso de la tarjeta de débito en dólares habilitado en enero, tuvieron bajo impacto. Algunas empresas del sector turístico lo adoptaron, pero no se generalizó. Una de las trabas fue que el Banco Central no reglamentó el uso de pagos en dólares con QR, lo que limitó la masificación de la herramienta.
El nuevo impulso llega en un momento de tensión cambiaria, con la cotización del dólar resistiendo la baja y señales ambiguas sobre la acumulación de reservas. Las autoridades buscan aprovechar el aumento de los depósitos en dólares y reforzar el “carry trade”, es decir, el ingreso de dólares para luego pasarlos a pesos con tasas atractivas, aún cuando esa dinámica se vio amenazada por el temor a una nueva devaluación.
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Los economistas, sin embargo, se muestran escépticos sobre el impacto que estas medidas puedan tener en el corto plazo. Jorge Neyro vinculó el crecimiento de los depósitos en dólares a la estacionalidad de la cosecha y al fin de la temporada alta de turismo. Martín Rapetti, de Equilibra, consideró que el plan podría funcionar como “puente electoral”, pero difícilmente cambie comportamientos de fondo.
Gabriel Caamaño, por su parte, recordó la Ley de Gresham para explicar por qué “los argentinos no usan el dólar para comprar cigarrillos”: en un sistema bimonetario, la moneda más débil (el peso) suele circular más porque la fuerte (el dólar) se guarda. “El peso no domina al dólar, ni siquiera lo logró durante la convertibilidad”, sostuvo.
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El principal desafío será convencer a quienes atesoran los más de 240.000 millones de dólares fuera del sistema financiero formal. Hasta ahora, la confianza en el peso sigue siendo el obstáculo más complejo de superar.
Fuente: Infobae, NA.







