

Denuncia acoso y amenazas en medio de caso de abusos y hostigamientos a víctimas
Policiales11/05/2025

La familia de una de las víctimas de un hombre acusado de abuso sexual en la Cuenca Carbonífera vive momentos de tensión y miedo, luego de denunciar no solo a su agresor, sino también una serie de hostigamientos que, según aseguran, provienen de personas cercanas al imputado.


El acusado, J.Y., ex cabo del Ejército, fue detenido en 2022 en la localidad de Rospentek, luego de ser denunciado por abusar de sus propias hijastras —una de ellas menor de edad— y de maltratar a otra adolescente. La madre de las víctimas, que aún espera que se fije la fecha del juicio, asegura que desde su denuncia ha recibido amenazas y actos intimidatorios que buscan amedrentarla y silenciarla.
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Entre los hechos que resaltan en su relato, está la aparición de una paloma muerta atada a su puerta, pinchazos en las cubiertas de su vehículo, y una notificación de un préstamo por parte de J.Y. con ella como garante, pese a que no autorizó esa gestión. La mujer manifiesta que tiene “miedo que esto escale a cosas peores” y que no confía en que las instituciones actúen con la celeridad necesaria.
Desde que denunciaron los abusos en pandemia, la familia ha enfrentado una serie de episodios que consideran vinculados al poder del acusado, quien en su momento era destinado en un regimiento militar en Rospentek. La menor, víctima principal, fue sometida a manipulaciones psicológicas y amenazas, conforme a sus declaraciones en declaración en Cámara Gesell, mientras que otras hijas del hombre también relataron haber sido víctimas de maltratos y manoseos.
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El relato de la madre revela un panorama desgarrador: “Mi hija menor comenzó a llorar una noche y, al preguntarle qué pasaba, me confesó que J.Y. la había manoseado”, afirmó. La relación, que duró cuatro años, terminó revelando una cadena de abusos que aún no cesan, y que continúa generando profundas heridas en la familia.
La madre también denunció que, además del temor por su seguridad, las niñas enfrentan pesadillas, episodios de autolesiones y rechazo hacia el mundo exterior, consecuencias que atribuye al acoso y el clima de miedo en el que viven. Ella misma inició un proceso de tratamiento psicológico para lidiar con el estrés y la angustia.
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Por su parte, las autoridades judiciales aguardan la fecha del juicio, que podría realizarse en Río Gallegos. Sin embargo, la madre expresó su preocupación por la demora: “Ya salieron casi todos los juicios por abuso en la Cuenca, y del mío, nada”.
Fuente: La Opinión Austral









