


En una mañana de profundo simbolismo y reflexión, la Fundación Estrellas Amarillas colocó en Comodoro Rivadavia la décima estrella amarilla en la ciudad, en memoria de Mario Araya, enfermero fallecido en un siniestro vial tras ser embestido por una camioneta.


El acto se realizó en la esquina de Rawson y España, donde tuvo lugar el trágico hecho, y fue encabezado por el referente local de la fundación, Pablo Contreras, junto a familiares, vecinos y representantes de organizaciones sociales.
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“Estamos colocando la estrella número 10, correspondiente a Mario Araya, quien perdió su vida en esta esquina. Nosotros lo que buscamos a través de la Fundación Estrellas Amarillas y más de 250 organizaciones es concientizar, para que la gente entienda que el alcohol, las drogas y la velocidad al volante matan”, afirmó Contreras. La estrella pintada sobre el asfalto busca convertirse en una señal permanente de memoria y advertencia, para evitar que otras vidas se pierdan en similares circunstancias.
La estrella anterior había sido colocada en memoria de Pablo Randazzo, también víctima de un siniestro vial, en avenida Ducós, frente al complejo Las Torres. Cada señal representa una vida truncada y una oportunidad para promover el respeto y la responsabilidad al volante. En ese sentido, Contreras hizo hincapié en la necesidad de mayor conciencia vial, sobre todo en zonas de alto tránsito como Ruta 3, Avenida Polonia, Lisandro de la Torre, Alsina y San Martín, donde los incidentes son frecuentes.
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“Tenemos arterias que son muy congestionadas en horarios pico, por eso decidimos hacer este acto por la mañana. Pedimos que se baje la velocidad, que se respete al peatón, a los vehículos más pequeños. Es un pedido que hacemos todos los días: cuidar la vida en el tránsito”, añadió.
A su vez, señaló que una parte de la problemática también está relacionada con la falta de señalética adecuada, muchas veces deteriorada o ausente, lo que incrementa el riesgo de infracciones y accidentes.
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Contreras también se refirió a proyectos de ley que buscan cambiar el paradigma de seguridad vial a nivel nacional, como la iniciativa de “Velocidad 30” en áreas urbanas —aún sin dictamen— y la ley de alcohol cero, actualmente vigente, que propone penas más severas de hasta 15 años de prisión para quienes provoquen muertes al volante. Según remarcó, estas medidas deben aplicarse y ser acompañadas por compromiso institucional y cumplimiento efectivo de las normativas.
En el plano local, recordó que la fundación ha impulsado proyectos junto al concejal Ariel Montenegro, como el reconocimiento institucional a Estrellas Amarillas, y celebró la reciente aprobación de una ordenanza para que en noviembre, durante la Semana de las Víctimas de Siniestros Viales, los edificios públicos se iluminen de color amarillo.
Fuente: El Patagónico









