

Una comunidad indígena de Colombia logró eliminar cultivos de amapola sin recurrir al glifosato
PODCASTS Radio Francia Internacional22/05/2025

En medio del debate por el regreso del glifosato para erradicar narcocultivos, una comunidad indígena de Colombia ofrece un ejemplo alternativo. El pueblo inga de Aponte eliminó exitosamente los cultivos de amapola a través de un proceso comunitario y sin químicos. La experiencia fue compartida en el podcast Vida en el Planeta de Radio Francia Internacional por el líder indígena Hernando Chindoy.


Aponte está ubicado en el suroeste colombiano, una región marcada por la violencia y la economía ilegal. A comienzos de los años 2000, el pueblo inga decidió abandonar la producción de amapola y sustituirla por cultivos de alimentos. El proceso no solo fue económico, sino también cultural, espiritual y ambiental.
ESCUCHAR EL AUDIO DEL PODCAST:
“Nuestro territorio no podía seguir envenenado ni por la amapola ni por el conflicto”, relató Chindoy. Como gobernador de su comunidad, impulsó un modelo de autosustitución basado en la organización local y el conocimiento ancestral. El resultado fue la recuperación del suelo, la paz comunitaria y una identidad reafirmada.
OTRAS NOTICIAS:
La experiencia de Aponte contrasta con la estrategia actual del gobierno colombiano. En abril, el Ministerio de Defensa anunció una meta de erradicación de 50.000 hectáreas de coca, triplicando las cifras del año anterior. Para ello, compraron glifosato, aunque aclararon que no se utilizará en aspersiones aéreas por el momento.
El glifosato ha sido duramente cuestionado por sus impactos ambientales y en la salud humana. Sin embargo, las autoridades sostienen que es necesario para cumplir metas urgentes. Frente a esto, el caso de Aponte demuestra que hay otros caminos posibles, más sostenibles y menos agresivos.
“La erradicación no debe ser una imposición desde Bogotá”, señaló Chindoy. Explicó que el éxito de su comunidad se basó en el respeto a las decisiones locales, la revalorización del territorio y el uso del saber indígena. Hoy, Aponte es un ejemplo replicado en debates académicos y gubernamentales.
OTRAS NOTICIAS:
El liderazgo de Chindoy fue reconocido con un doctorado honoris causa de la Universidad de las Artes de Londres. Actualmente viaja por Europa invitado por el programa Marianne del gobierno francés para presentar su proyecto de educación superior indígena. Su objetivo es fortalecer la autonomía desde la formación universitaria en los territorios.
Además de erradicar la amapola, Aponte enfrenta un nuevo dilema con la popularidad del yagé. Esta planta sagrada para la medicina inga se ha transformado en un producto turístico masivo. “Al Putumayo llegan aviones llenos de gente buscando yagé. Se ha convertido en un tema de folclor”, lamentó Chindoy.
El líder indígena pide respeto por la espiritualidad y la medicina tradicional. Denunció el uso descontrolado y la banalización de rituales ancestrales por parte de extranjeros y operadores turísticos. La protección de estas prácticas es parte del mismo proyecto que permitió erradicar los cultivos ilícitos.
OTRAS NOTICIAS:
“Sustituimos la amapola, pero también reconstruimos nuestra visión del mundo”, resumió Chindoy. La experiencia de Aponte demuestra que es posible transformar economías locales sin recurrir a químicos ni violencia. Para ello, hace falta voluntad política, autonomía comunitaria y respeto por los saberes originarios.
Material publicado por gentileza Radio Francia Internacional











