


Un informe técnico de la Academia Nacional de Ingeniería advirtió que una crecida del río Neuquén arrasaría todo a su paso. El documento fue entregado al gobierno nacional y al gobierno de Neuquén. Señala que la presa Portezuelo Grande no soportaría un evento hídrico extremo. “Están en peligro ciudades, cultivos y el desarrollo energético”, afirma el texto.


El documento fue presentado en Buenos Aires al ministro de Planificación, Rubén Etcheverry. Lo firmaron los ingenieros Oscar Vignart y Tomás del Carril. Fue elaborado por la Academia Nacional de Ingeniería. El informe reclama la construcción urgente de la represa Chihuido I. La consideran la única solución posible.
La preocupación surgió tras las inundaciones en Buenos Aires. Esos eventos reactivaron las alertas en la región patagónica. El río Neuquén no tiene regulación hídrica como otros cursos de agua. Su comportamiento es impredecible. Las crecidas son cada vez más violentas.
Portezuelo Grande no fue diseñada para retener agua. Sólo funciona como derivadora. Desvía el caudal hacia los embalses Los Barreales y Mari Menuco. No cuenta con capacidad real de contención. La presa fue inaugurada en 1972. Tiene apenas 12 metros de altura.
En 2006 se registró un caudal de 10.347 m³ por segundo. El sistema estuvo a punto de colapsar. Sólo faltaron centímetros. “Ese día, todo Cipolletti pudo quedar bajo el agua”, recuerdan los ingenieros. El máximo que puede soportar Portezuelo es 11.500 m³ por segundo.
Los estudios actuales estiman que una crecida extrema puede alcanzar 25.000 m³ por segundo. En esas condiciones, el sistema no resiste. No hay infraestructura que aguante ese caudal. “La única solución es construir una presa aguas arriba”, sostuvo Oscar Vardé en Río Negro Radio.
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La propuesta es retomar el proyecto Chihuido I. Es la única obra con diseño terminado. Fue licitada varias veces. Nunca se ejecutó. Su presupuesto supera los 2.200 millones de dólares. Según los ingenieros, ese costo es menor a los daños posibles.
La Legislatura de Neuquén sancionó una comunicación al gobierno nacional. Pidió cumplir el fallo de la Corte Suprema. Esa sentencia ordenó reforzar la capacidad de contención de Portezuelo. El fallo responde a un reclamo judicial iniciado por una vecina de Cipolletti.
Chihuido I se proyectó en el tramo medio del río Neuquén. Se ubicaría cinco kilómetros aguas abajo de la confluencia con el río Agrio. Tendría 105 metros de altura y 1.035 metros de longitud. Su coronamiento alcanzaría los 631 metros sobre el nivel del mar.
La represa podría generar 1.750 gigawatts/hora. También permitiría controlar las crecidas. Actuaría como amortiguador hídrico. Contendría grandes volúmenes de agua en momentos críticos. Sería un respaldo estructural para Cerros Colorados y todo el sistema energético.
El informe advierte que el riesgo ya no es local. Con Vaca Muerta en plena expansión, el impacto sería nacional. Una crecida afectaría pozos, ductos, caminos y estaciones de servicio. La economía energética del país quedaría paralizada. La transición energética se vería afectada.
“El impacto ya no sería regional. Sería nacional”, explicó Vardé. Una inundación obligaría a detener la explotación de gas y petróleo. Las exportaciones se verían comprometidas. La balanza comercial sufriría pérdidas millonarias. El país no puede asumir ese costo.
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La concesión de Orazul Energy venció en 2023. El sistema funciona bajo prórrogas. No hay nueva licitación. El gobierno nacional no tomó decisiones. Los técnicos reclaman definiciones. La seguridad hídrica no puede esperar. Cada año sin obras agrava el riesgo.
El cauce ecológico del río Neuquén se redujo a 12 m³ por segundo. Esa cantidad no sirve para enfrentar una crecida. El sistema necesita regulación. Los cambios climáticos aumentan los eventos extremos. Las lluvias son más intensas. La nieve se derrite con rapidez.
Los ingenieros insisten en que no hay tiempo. Las alertas se repiten. Los eventos climáticos de 2006 y 2008 fueron advertencias. La zona está en peligro. Las ciudades no tienen protección. Los cultivos quedarían bajo agua. Vaca Muerta no soportaría ese impacto.
Chihuido I es la única alternativa real. Tiene respaldo técnico. Fue planificada con estudios ambientales. Su ejecución fortalecería la infraestructura nacional. Representa una inversión a largo plazo. No se trata de un gasto, sino de una protección estratégica.
El informe fue dirigido al ministro de Economía, Luis Caputo. Los ingenieros explicaron que la obra debe priorizarse. “El costo no se compara con las pérdidas humanas y productivas”, remarcaron. No se puede especular con vidas ni con recursos esenciales.
El complejo Cerros Colorados funciona con limitaciones. No está preparado para crecidas extremas. Su diseño responde a otro contexto. La población creció. La producción se expandió. El clima cambió. La infraestructura quedó antigua.
Chihuido no sólo sirve como contención. También aporta energía, empleo y previsibilidad. Su construcción dinamiza la economía local. Aporta a la matriz energética. Protege a las comunidades. Respalda la soberanía sobre el agua.
El gobierno nacional aún no dio respuestas. No hay licitación abierta. No se avanzó con acuerdos internacionales. Los documentos técnicos están listos. Sólo falta decisión política. La urgencia es evidente.
Las pérdidas por una crecida serían incalculables. No sólo habría daños materiales. También peligran vidas humanas. Las evacuaciones no alcanzarían. El agua no espera. La prevención debe llegar antes. No después del desastre.
La experiencia internacional demuestra que las represas salvan ciudades. Chile, Brasil y Estados Unidos apostaron a grandes obras. La Argentina no puede quedarse atrás. El río Neuquén no se detendrá solo. Requiere infraestructura fuerte y moderna.
Los informes anteriores ya advertían el riesgo. Esta vez, los valores se duplicaron. Las alertas son claras. Los expertos coinciden. La comunidad científica pide actuar. Los vecinos también. La política debe escuchar.
La represa no es una promesa. Es una necesidad. El país necesita infraestructura de calidad. Las decisiones no pueden esperar. Las obras deben comenzar. La seguridad depende de eso.
El agua puede dar vida. También puede destruir. El río Neuquén tiene historia. También tiene fuerza. Las decisiones de hoy marcarán el destino de miles de personas. Chihuido I no puede seguir en un cajón.









