


Desde el estudio de #LA17, en el programa "Charlas del Sur", el ingeniero Nicolás Haugaard repasó su experiencia laboral y de vida en Arabia Saudita, donde trabajó como Wireline Field Engineer para la firma multinacional SLB (ex Schlumberger). La entrevista recorrió aspectos técnicos de su función en pozos petroleros, pero también el impacto emocional de vivir en un país tan distinto culturalmente.


Durante seis años, Haugaard se desempeñó en el monitoreo y análisis de pozos en plataformas marítimas y terrestres. Trabajaba en rotaciones de tres meses seguidos sin descanso, con acceso limitado a internet, convivencias forzadas con personas de diferentes nacionalidades y sin posibilidad de volver a casa con frecuencia. "Al principio todo es una aventura, pero con el tiempo el cuerpo y la cabeza piden otra cosa", resumió.
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La pandemia agravó esa sensación de encierro. Quedó aislado dentro del país sin poder regresar ni salir, acumulando casi 11 meses sin vacaciones. A pesar del agotamiento, no se arrepiente. “Fue una experiencia increíble, pero no volvería ahora. Mi decisión fue personal, para estar más cerca de mi gente”, afirmó.
Sobre la sociedad saudí, destacó sus contrastes. “Es un país conservador, religioso y patriarcal. En 2019 las mujeres no podían conducir ni mostrarse sin velo; hoy eso está cambiando, pero sigue siendo una cultura muy estructurada”, explicó. Sin embargo, valoró el respeto generalizado y la hospitalidad. “Los árabes son muy amables y generosos. Te invitan a comer sin conocerte”.
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También habló de la vida cotidiana: la falta de alcohol, la organización del espacio público con horarios y sectores para familias, y la segregación entre hombres y mujeres en lugares públicos. “Las relaciones sociales entre solteros están muy restringidas. Muchos matrimonios siguen siendo arreglados”, comentó.
Sobre el Mundial de Fútbol 2022, relató con emoción su vivencia. Tras negociar con su jefe —también fanático del fútbol— logró viajar a Qatar dos días antes de la final. “No tenía entrada, pero fui igual. Era una oportunidad única. Ver a Argentina campeón del mundo en vivo fue algo que no voy a olvidar jamás”, aseguró.
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El ingeniero aseguró que no descarta regresar al rubro energético, pero no en las condiciones extremas que vivió. “Hoy quiero emprender algo propio. Me gusta la ingeniería, pero aplicada a una vida más balanceada”, adelantó. Mientras tanto, planea descansar en Puerto Madryn, reencontrarse con su gente y reconectar con el mar, su cable a tierra.









