

El Sol cambia de piel: el misterioso ciclo centenario que podría alterar nuestra vida durante décadas
Actualidad18/06/2025


No es ciencia ficción. Lo que hasta hace poco parecía parte de un documental perdido sobre tormentas solares, hoy tiene sustento científico. Un nuevo estudio asegura que el Sol estaría entrando en una fase de hiperactividad que podría durar entre 40 y 50 años. ¿La razón? El despertar del ciclo de Gleissberg, un fenómeno solar centenario que no muchos conocen, pero que podría modificar desde nuestras comunicaciones hasta los satélites que orbitan la Tierra.

El ciclo Gleissberg existe desde hace siglos, pero la ciencia recién ahora empieza a entenderlo con precisión. “Estamos saliendo del mínimo centenario del ciclo solar”, afirma el equipo liderado por Kalvyn Adams en la revista Space Weather. Su evidencia: una caída abrupta en el flujo de protones en el cinturón de radiación terrestre, medida entre 2022 y 2024.
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Este cambio podría marcar un punto de inflexión. Según el estudio, “la actividad solar continúa aumentando, lo que provoca una mayor pérdida de protones en la atmósfera expandida”. Y eso no es solo un dato curioso: puede tener efectos concretos sobre la tecnología satelital, los astronautas y hasta las redes eléctricas en la Tierra.
Durante los períodos de mayor actividad solar, la atmósfera se expande. Esa expansión aumenta la fricción sobre los satélites de órbita baja, los desgasta y puede desviar sus trayectorias. Además, la radiación intensa se vuelve un peligro serio para las misiones espaciales. El informe advierte que “el cambio en el clima espacial tendrá implicaciones para futuras misiones satelitales”.
En paralelo, crecen los reportes de auroras boreales visibles en lugares insólitos como el sur de Europa o el centro de Estados Unidos. Lo que antes era exclusivo de los polos ahora aparece en los noticieros. No se trata de una casualidad. El Sol, según parece, vuelve a rugir con fuerza.
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El equipo utilizó datos satelitales de NOAA-15 y NOAA-19, que permiten observar cómo cambia la radiación en la Anomalía del Atlántico Sur, un punto donde el campo magnético terrestre es más débil. Allí, detectaron un patrón claro: a mayor actividad solar, menor flujo de protones.
No todos están convencidos. El físico solar Scott McIntosh pide cautela: “Es demasiado pronto para sacar conclusiones firmes”, advierte. La historia es conocida: los registros son recientes y los ciclos largos son difíciles de confirmar sin más décadas de observación.
Pero incluso los escépticos reconocen que el estudio es sólido. Si las proyecciones se cumplen, el próximo gran máximo del ciclo centenario llegará en 2070. Y si el Sol sigue en aumento, las tormentas solares serán más frecuentes, más fuertes y más disruptivas.
Ya no alcanza con mirar el ciclo solar de 11 años. Las agencias espaciales y los operadores de tecnología deben prepararse para cambios a más largo plazo. El Sol podría estar enviando señales que no conviene ignorar.









