
Tensión en la frontera: Figueroa estalló tras la demora de un gobernador chileno en Pino Hachado
Actualidad26/06/2025

“Parece que estamos atendiendo a un enemigo”. Con esa frase, Rolando Figueroa encendió la mecha en pleno Comité de Integración de los Lagos. El gobernador neuquino no disimuló su malestar por el trato que recibió su par chileno en la aduana de Pino Hachado.

El episodio ocurrió el martes, cuando Sergio Giacaman García, gobernador de la Región del Biobío, quedó varado junto a su comitiva casi tres horas en el paso fronterizo. La demora casi deja a Chile sin representación en el evento.
“Te pido perdón, Sergio, por todos los escollos que tuviste que pasar para cruzar”, dijo Figueroa frente a las autoridades presentes. La disculpa vino acompañada de un reclamo directo: “Hay que hacer un serio llamado de atención a quienes controlan los accesos.”
La comitiva chilena había pasado sin demoras del otro lado. Pero al llegar a territorio argentino, todo se trabó. Controles, papeles, incertidumbre. “Nos pidieron cosas, después nos decían que no. Burocracia”, resumió Giacaman.
El paso estuvo a punto de cerrar por nieve. El grupo logró ingresar cuando las máquinas ya trabajaban para mantener la ruta despejada. Obligatorio el uso de cadenas, hielo en calzada y viento blanco en varios tramos.
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Figueroa usó el incidente como punto de partida para una reflexión más profunda. “Hablamos mucho de integración, pero no integramos nada si el que cruza se siente sospechoso.” Y remató: “Lo cortés no quita lo valiente.”
El gobernador neuquino dejó en claro que no cuestiona los controles, sino las formas. Reclamó atención, respeto y un cambio cultural en los pasos fronterizos. “El argentino que va a Chile también la pasa mal. Parece que va a robar”, lanzó.
La anécdota de Giacaman fue el disparador de una crítica más amplia. Según Figueroa, la integración real comienza en la frontera, con gestos simples. Bienvenida, hospitalidad, coordinación.
En paralelo, presentó una serie de propuestas concretas para mejorar la conexión entre ambos países. Puso como objetivo la pavimentación del paso Pichachén antes de 2032 y planteó la creación de una aduana compartida.
También pidió una circunvalación para sacar los camiones del centro de Villa La Angostura, en el marco de la reforma del paso Cardenal Samoré. Y destacó obras ya iniciadas: 600 kilómetros de rutas en dos años, según sus números.
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Figueroa habló de proyectos, pero sobre todo de vínculos. “Si queremos avanzar en turismo, comercio y cooperación, primero hay que dejar de maltratar a quien viene del otro lado.”
El Comité de Integración de los Lagos reúne cada año a autoridades de ambos países para coordinar políticas comunes. Pero esta edición tuvo un arranque accidentado, con sabor amargo para la delegación chilena.
Giacaman no dramatizó la situación. “Fue un trámite más lento de lo habitual. Nada especial.” Pero su silencio en público contrastó con la dureza de Figueroa, que eligió decir lo que muchos piensan y pocos expresan.









