
Una acería de US$200 millones será la primera gran apuesta industrial bajo el RIGI
Actualidad02/07/2025


Después de más de 40 años, la industria siderúrgica vuelve a mover el amperímetro. Sidersa está a punto de recibir la aprobación oficial para levantar una planta de aceros largos en San Nicolás, Buenos Aires. La inversión supera los US$200 millones y tendrá aval del Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI).


El proyecto es histórico. No solo por el monto, sino porque será la primera fábrica de acero en Argentina impulsada desde cero en lo que va del siglo. Y también porque será el primer emprendimiento puramente industrial aceptado dentro del RIGI, hasta ahora ocupado por megainversiones mineras y energéticas.
La planta de Sidersa producirá 360.000 toneladas anuales de acero, con tecnología de última generación y estándares ambientales internacionales. Empleará a más de 300 personas de forma directa, y requerirá un ecosistema de pymes proveedoras, transporte y servicios que potenciará la actividad en toda la región.
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Sidersa tiene 68 años de historia. Es una empresa familiar de capital 100% argentino que reinvirtió en el país en las peores épocas. Su proyecto prevé que la planta comience a operar en 2028 y tenga una vida útil de al menos tres décadas. No es un megaproyecto extractivo ni una promesa en papel: es acero y trabajo argentino.
El Comité Evaluador del RIGI ya emitió un dictamen favorable y se espera que la aprobación se oficialice en las próximas horas. Esto permitirá que Sidersa acceda a los beneficios fiscales, cambiarios y aduaneros que contempla el régimen para inversiones mayores a US$200 millones.
Hasta ahora, solo cuatro proyectos lograron el visto bueno del RIGI: El parque solar El Quemado (Mendoza); El oleoducto Vaca Muerta Sur (Río Negro); Una planta de licuefacción de GNL (también en Río Negro); El proyecto de litio Rincón (Salta), y Sidersa será el quinto. Pero el único que fabrica.
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En el entorno de Javier Milei celebran el expediente como una respuesta concreta a quienes acusan al Gobierno de ignorar la industria nacional. “No protegemos con relatos, sino con condiciones reales para invertir”, se repite en los pasillos de Producción.
Para el sector fabril, la obra marca un punto de inflexión. No solo se trata de una inversión directa en infraestructura productiva, sino también de un gesto a otros industriales que analizan reinvertir en el país si las condiciones mejoran.
San Nicolás, cuna histórica del acero, volverá a ser protagonista. La ciudad tiene tradición metalúrgica y vínculos directos con la educación técnica, el transporte fluvial y la cadena de suministros del norte bonaerense. La ubicación elegida conecta la producción con los puertos, los trenes y las rutas.
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La inversión también pone a prueba al RIGI. Hasta ahora, la discusión giró en torno a las condiciones que ofrece el régimen: beneficios durante 30 años, estabilidad fiscal, libre acceso a divisas y cero retenciones a las exportaciones. Sidersa será el primer test industrial de esa arquitectura.
En paralelo, otros proyectos industriales esperan. El Gobierno confirmó que más de 10 expedientes están en análisis. Si Sidersa allana el camino, podrían sumarse más fábricas, plantas alimenticias, tecnológicas o logísticas. El objetivo es claro: no depender solo de recursos naturales.
Mientras tanto, la empresa ya trabaja en ingeniería de detalle y planificación operativa. Si todo avanza sin trabas, las obras comenzarán en 2025. El acero volverá a fundirse en suelo argentino, esta vez, con una lógica exportadora, moderna y sustentable.








