
Dos lunas, un destino incierto: Fobos caerá sobre Marte y Deimos escapará al espacio
Actualidad10/07/2025

Fobos y Deimos giran en torno a Marte como centinelas condenados a destinos opuestos. Una terminará estrellándose contra el planeta y la otra desaparecerá en el vacío del espacio. Son pequeñas, oscuras y extrañas, pero concentran siglos de preguntas sobre el pasado y futuro marciano.

Ambas lunas fueron descubiertas en agosto de 1877, cuando el planeta rojo estaba particularmente cerca de la Tierra. El astrónomo estadounidense Asaph Hall las detectó desde el Observatorio Naval de Washington tras noches de observación intensa y el impulso de su esposa, Angelina.
Los nombres no fueron elegidos al azar. Fobos significa “pánico” y Deimos, “terror”, en honor a los gemelos que el dios Ares tuvo con Afrodita. La mitología y la ciencia se cruzaron para bautizar a los dos cuerpos que, con el tiempo, se volvieron símbolo de lo desconocido.
Fobos es la mayor y más cercana a Marte. Orbita a solo 5.954 kilómetros de la superficie y completa una vuelta en menos de ocho horas. Esto provoca un fenómeno curioso: desde el planeta, parece salir por el oeste y ponerse por el este, dos veces al día.
Tiene forma irregular, con 27 kilómetros de largo, y está cubierta por una capa de regolito de cien metros que se formó por impactos de meteoritos a lo largo de milenios. Su superficie está plagada de surcos y cráteres, entre ellos el imponente Stickney, de 10 kilómetros.
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El impacto que generó ese cráter casi lo destruye. Algunos científicos creen que los surcos son consecuencia de ese evento. Otros sostienen que se formaron por material lanzado desde Marte o por la fricción de las fuerzas de marea que lo atraen constantemente.
Esas mismas fuerzas son las que marcarán su final. Como orbita más rápido de lo que Marte gira sobre su eje, Fobos pierde altura poco a poco. Se hunde a razón de 2 metros por siglo. En unos 50 o 100 millones de años, se desintegrará o se estrellará.
Deimos, en cambio, viaja mucho más lejos, a unos 20.000 kilómetros. Es más pequeña y tenue, con un diámetro de apenas 16 kilómetros. Desde Marte, aparece como una estrella brillante que cruza lentamente el cielo cada dos días.
Se mueve en sentido opuesto a Fobos y es aún más oscura. Solo refleja el 6,8% de la luz que recibe. Su superficie lisa tiene pocos cráteres, apenas marcas suaves tapadas por polvo y regolito. Su baja densidad sugiere que contiene hielo bajo la superficie.
Ambas lunas muestran siempre la misma cara a Marte. No tienen atmósfera y su gravedad es mínima. Un humano de 75 kilos pesaría apenas 75 gramos en Fobos, lo justo para impulsarse con un salto y quedar flotando en el espacio.
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La ciencia aún debate el origen de estos satélites. Una teoría dice que eran asteroides atrapados por la gravedad marciana. Otra sugiere que se formaron tras el impacto de un gran cuerpo contra Marte, que arrojó restos al espacio.
La agencia espacial japonesa JAXA planea enviar una misión a Fobos para recolectar muestras y traerlas a la Tierra. El objetivo es descubrir de una vez por todas cómo se formaron y qué secretos guardan bajo su superficie.
Aunque varias sondas y rovers fotografiaron y estudiaron las lunas, todavía hay misterios sin resolver. Mariner 9, Mars Express, Mars Odyssey y los rovers Curiosity y Opportunity aportaron datos clave, pero no definitivos.
Mientras tanto, Fobos continúa su descenso lento y silencioso. Deimos, su hermana distante, se aleja con cada órbita. Ambas caminan hacia el fin de su vínculo con Marte: una caerá, la otra se irá.
El día que Fobos impacte o se desintegre en fragmentos, Marte tendrá un nuevo anillo. Cuando Deimos cruce el límite de la gravedad del planeta, quedará solo en su viaje. El planeta rojo, entonces, perderá a sus únicas compañeras.





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