
Bunge se fusiona con Viterra y busca controlar el 25% de las exportaciones agrícolas argentinas
Actualidad15/07/2025

Bunge avanza con paso firme para redibujar el mapa del agro argentino. La compañía, con más de 200 años de historia, ultima detalles de su fusión con Viterra, una operación de US$7.100 millones que la consolidaría como el mayor exportador de granos y subproductos del país.

Nacida en Ámsterdam en 1818, Bunge encontró en Argentina su gran plataforma de expansión. En 1884, Ernest Bunge y la familia Born fundaron en Buenos Aires el grupo Bunge & Born, que marcó buena parte de la economía nacional del siglo XX, con intereses que fueron desde los molinos hasta los bancos.
Hoy, transformada en Bunge Global SA y con sede legal en Suiza, la empresa opera desde una estructura moderna y globalizada. En 2024 facturó US$53.108 millones a nivel mundial, con operaciones en América, Europa y Asia-Pacífico. Su negocio principal sigue siendo el agribusiness: compra, acopio, procesamiento y venta de granos y oleaginosas.
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En Argentina, Bunge emplea a más de 2.000 personas y genera trabajo indirecto para otros 15.000. Aunque su facturación local cayó un 38% respecto al año anterior por la sequía y la baja disponibilidad de granos, sigue siendo uno de los pesos pesados del sector.
El corazón de su operación local está en la zona núcleo. Con plantas en Puerto General San Martín, Ramallo, San Jerónimo Sud, Campana y Tancacha, Bunge puede procesar más de 23.000 toneladas por día. Solo en Ramallo tiene capacidad de almacenamiento para 1,4 millones de toneladas.
En Puerto San Martín, su planta procesa 8.000 toneladas diarias de soja y refina 500 toneladas de aceite por jornada. Allí se almacenan granos, subproductos y aceites a gran escala, con una logística aceitada para la exportación.
Pero su joya industrial es Terminal 6 en Rosario, una mega planta compartida con AGD. Allí se procesan 20.000 toneladas diarias, se produce biodiésel y se almacenan más de 1 millón de toneladas. También se exporta glicerina y otros derivados de la soja.
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La estructura de Bunge se completa con dos plantas de fertilizantes —una en Campana y otra en Ramallo— y una embotelladora de aceites comestibles en San Jerónimo Sud. La planta produce 37.500 botellas por hora, bajo marcas como Alsamar, Legítimo, Primor y Siglo de Oro.
En el ranking 2024 de la Bolsa de Comercio de Rosario, Bunge figuró cuarta entre los mayores exportadores agroindustriales, con 7,45 millones de toneladas. La fusión con Viterra le permitiría superar a Cargill, Cofco y el resto de los gigantes, quedando como el actor dominante del mercado.
Ese liderazgo también genera inquietudes. Con una participación cercana al 25% del total nacional exportado, el nuevo grupo tendrá una influencia directa sobre precios, logística y contratos. La concentración genera expectativa, pero también tensión entre productores y otros operadores.
A nivel internacional, Bunge apuesta fuerte a los biocombustibles. Firmó una alianza con Repsol y profundizó su programa de agricultura regenerativa en Brasil y Estados Unidos. En 2024 batió más de 150 récords operativos en plantas distribuidas por el mundo. El nombre Bunge volvió a sonar fuerte, pero esta vez desde una posición de poder global. La firma que nació como una casa de comercio de granos en Europa, y que creció desde Argentina, ahora se sienta a la mesa chica del agronegocio mundial.









