Temen por tsunami en Japón, Alaska y Hawái luego de un sismo de 8,7 en Rusia

Un sismo de magnitud 8,7 se registró este martes frente a la costa este de Rusia y activó una alerta de tsunami en el océano Pacífico, con posibles impactos en Japón, Hawái, Alaska y la isla de Guam. El movimiento telúrico ocurrió a 136 kilómetros al este de Petropávlovsk-Kamtchatski, en la península de Kamchatka, a 19 kilómetros de profundidad.

El Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS) informó que el sismo forma parte de una zona altamente activa por la convergencia de las placas del Pacífico y Norteamérica. Este sector ya había presentado actividad sísmica reciente el 20 de julio, cuando un temblor de magnitud 7,4 no generó daños importantes.

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El Centro de Alerta de Tsunamis del Pacífico advirtió que el fenómeno puede generar olas de más de 3 metros en la costa rusa y el archipiélago hawaiano. También se prevé la llegada de olas de entre 1 y 3 metros a Japón y Guam en las próximas tres horas.

“No se aventuren mar adentro ni se acerquen a la costa hasta que se levante la alerta”, recomendó la agencia meteorológica japonesa en un mensaje de emergencia. Las autoridades del país asiático monitorean la situación con especial atención a las prefecturas más expuestas al océano Pacífico.

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El alerta también se extiende a la costa sur de Alaska, donde organismos de protección civil evaluaban escenarios de evacuación preventiva. En tanto, en Hawái se mantenía un estricto protocolo para anticipar posibles impactos del fenómeno.

El gobierno ruso no reportó víctimas ni daños materiales en las primeras horas tras el evento, aunque continúa con el monitoreo de la zona más cercana al epicentro. La ciudad de Petropávlovsk-Kamtchatski, principal núcleo urbano de la península, permanecía en estado de prevención.

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Especialistas en geofísica recordaron que Kamchatka es una de las zonas sísmicas más sensibles del planeta y que los terremotos de gran magnitud en ese punto suelen provocar impactos a larga distancia. La región alberga volcanes activos y un relieve que potencia los efectos de movimientos telúricos.

La última gran emergencia con tsunami en esa zona se produjo en 2011, tras el devastador terremoto de Japón, que afectó múltiples países ribereños del Pacífico. Por eso, la alerta internacional busca prevenir cualquier escenario similar, incluso si las olas no llegan a tocar tierra con fuerza.

Fuente: DW