El momento límite que impulsó a Julieta Prandi a huir de Claudio Contardi

En silencio y bajo presión durante años, Julieta Prandi atravesaba un infierno en su propia casa. Entre abusos, maltrato y control, la modelo convivía con Claudio Contardi, su marido durante más de una década y padre de sus dos hijos.

En 2019, ese vínculo llegó a un punto irreversible. La decisión de huir se gestó en medio del miedo y la incertidumbre, con la complicidad de un amigo que conocía la magnitud del calvario.

Ese amigo fue Sebastián Waizer, quien hoy recuerda con precisión la chispa que encendió el escape. “Ella pudo decirme algo en un viaje en avión. Fueron 25 minutos en los que me tiró lo que pudo”, relató. Desde entonces, buscó momentos a solas para sumar detalles y entender la gravedad de la situación.

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Durante tres meses, Waizer juntó fragmentos de información. Pero el miedo de Julieta era tan grande que seguía dudando. El quiebre llegó en enero: “Viajé al exterior y pasaron diez días sin comunicación. Cuando volvimos a hablar, me dijo que le rompió el teléfono y que se perdió un desfile”, recordó.

Ese episodio fue la señal definitiva. Julieta le dijo ‘hasta acá’ y se fue. Para lograrlo, pidió un préstamo y alquiló un departamento, ya que Contardi la había dejado sin dinero.

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Durante semanas, Waizer la refugió en su casa. En paralelo, la modelo comenzó terapia y empezó a reconstruirse. La denuncia llegaría después, cuando encontró fuerzas para hacerlo.

Hoy, el proceso judicial entra en su recta final. El 13 de este mes se conocerá la sentencia en el juicio oral contra Contardi, acusado de abuso sexual agravado y de provocar un daño severo en la salud mental de la víctima.

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Los jueces Daniel Répolo, Lucía Leiro y Mariano Aguilar tendrán la última palabra. Su fallo será decisivo para cerrar un capítulo que lleva años abierto.

Mientras tanto, Julieta Prandi sigue contando su historia para que otras mujeres se animen a salir de situaciones similares.

Fuente: Pronto