El Gobierno acelera privatizaciones energéticas y apunta a recaudar más de 950 millones de dólares
Actualidad12/08/2025
Sergio Bustos
Venden las represas.
El Gobierno Nacional puso el sector energético en el centro de su plan de privatizaciones, con la expectativa de captar dólares y aliviar la presión sobre el tipo de cambio. Sin el ingreso del blanqueo y con el flujo del agro ya liquidado, la Casa Rosada apuesta a la venta y reconcesión de activos como vía rápida para reforzar reservas.
La primera jugada será la licitación de las cuatro centrales hidroeléctricas del Comahue, cuya concesión se viene postergando desde la gestión de Sergio Massa. Según Daniel González, funcionario del área, la reconcesión por 30 años podría generar hasta 500 millones de dólares.
En la lista también figura Transener, donde el Estado posee el 26,32% a través de Enarsa. La venta de esa participación, pendiente desde el gobierno de Macri, podría aportar otros 150 millones de dólares. “Estamos bastante avanzados para adjudicar esa licitación”, señaló González, sin precisar fechas.
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Las centrales termoeléctricas completan el núcleo energético del plan. Generadoras privadas que ya poseen parte del paquete accionario buscan comprarle al Estado su participación en los ciclos combinados de San Martín, Belgrano, Guillermo Brown y Vuelta de Obligado. Incluso se analiza vender el derecho estatal a capitalizar acciones al vencimiento de contratos en dos de estas plantas.
Desde el sector privado advierten que aún hay incógnitas. “No se sabe cómo será el proceso ni qué pasará con los reclamos de los accionistas privados”, señaló una fuente, aludiendo a disputas sobre participaciones y modelos de ingresos futuros.
El plan oficial incluye también la concesión del Gasoducto Presidente Néstor Kirchner, rebautizado Perito Moreno, una pieza estratégica que podría atraer a TGS y TGN.
Fuera del sector energético, la privatización de Aysa podría sumar alrededor de 300 millones de dólares antes de fin de año. El Ejecutivo espera que su tamaño y cartera de usuarios despierten interés internacional.
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El Belgrano Cargas también está en carpeta, pero más por su valor logístico que por su potencial recaudatorio. La idea oficial es rematar material rodante y transferir la operación a un privado en un plazo de 12 meses, lo que beneficiaría a la industria minera.
En el Gobierno reconocen que “algo” de estas operaciones podría concretarse en 2025, con el grueso del ingreso llegando en 2026. La apuesta es cerrar acuerdos que permitan sumar capital fresco sin ceder completamente el control estratégico sobre infraestructura clave.
El esquema de privatizaciones vuelve a poner en debate la tensión entre la necesidad urgente de divisas y el impacto a largo plazo de desprenderse de activos estatales. En la Casa Rosada confían en que el interés privado por estos bienes garantizará ofertas competitivas y rápidas.
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