Pesatti convoca a sesión en Río Negro tras un parate legislativo de más de 40 días

Pedro Pesatti fijó fecha para el regreso de la Legislatura de Río Negro a la actividad, interrumpida desde el 3 de julio. El vicegobernador citó a los legisladores para el 21 de agosto a las 8 de la mañana, rompiendo así una parálisis que alimentó las críticas de la oposición.

La escasa actividad parlamentaria había generado un creciente malestar político y social. En lo que va del año, las sesiones fueron contadas con los dedos de una mano, algo que para muchos refleja un deterioro en el rol institucional de la Cámara.

El regreso no estará exento de tensión: será la primera sesión desde el quiebre entre Pesatti y Alberto Weretilneck, distanciados desde que el gobernador incumplió un acuerdo verbal para que su vice encabece la lista oficialista.

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El mismo día, en Viedma comenzará el jury contra el camarista Gustavo Guerra Labayén, lo que agrega suspicacia a la coincidencia de fechas. En paralelo, el Ejecutivo enviará un proyecto para que las empresas que se instalen en la provincia prioricen mano de obra local, buscando capitalizar la agenda legislativa.

La inactividad previa dejó en evidencia la falta de debates sobre temas urgentes. Río Negro atraviesa problemas estructurales sin que la Legislatura los trate, desde el estado del sistema educativo hasta la situación económica de los municipios.

Pesatti no solo enfrenta la fractura con Weretilneck, sino también un clima interno complejo. Dos bloques anunciaron su separación, anticipando que la sesión podría transformarse en un ring político más que en un espacio de trabajo productivo.

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En actos recientes, el vicegobernador optó por no compartir escenario con el mandatario y sus candidatos, marcando la distancia de un vínculo roto. El quiebre personal se traduce ahora en un reacomodamiento institucional que impacta en la dinámica legislativa.

Para la oposición, la escasa actividad es “inaceptable” y un síntoma de desinterés en los problemas reales de la provincia. Desde el oficialismo, en cambio, intentan mostrar que la agenda sigue viva y que el receso fue una pausa estratégica.

En cualquier caso, el 21 de agosto será la prueba de si la Legislatura retoma su función o si se limita a un show de internas políticas. El tiempo perdido y la falta de continuidad en las sesiones ya marcan un precedente difícil de justificar ante la ciudadanía.