La muerte súbita provoca 40.000 casos al año en Argentina y especialistas llaman a aprender RCP

En la Argentina se producen unos 40.000 casos anuales de muerte súbita, lo que equivale a un episodio cada mil habitantes. Se trata de un evento inesperado y potencialmente mortal que puede ocurrir en cualquier lugar, desde el hogar hasta un campo deportivo, y que exige una reacción inmediata para salvar vidas.

Con motivo de la semana de concientización y prevención, que se extiende del 21 al 27 de agosto, instituciones médicas y especialistas remarcan la importancia de reconocer los síntomas y de conocer la secuencia de la llamada “cadena de vida”. “La muerte cerebral y clínica comienza a los 4 o 6 minutos de un paro cardíaco; cada minuto de demora en iniciar maniobras de RCP reduce en un 10% las chances de sobrevivir”, señalan los cardiólogos.

La doctora Valeria El Haj, directora médica nacional de Ospedyc, explicó que “se trata de una muerte de causa cardíaca que ocurre dentro de la primera hora del inicio de los síntomas y que en más del 50% de los casos sucede fuera del hospital”. En tanto, la cardióloga María Alejandra Angrisani, del Hospital Británico, fue contundente: “Frente a un paro cardíaco, cada minuto cuenta. Llamar al 107, iniciar compresiones torácicas y usar un DEA puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte”.

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La Ley 27.159 obliga a que lugares públicos y privados con gran circulación de personas cuenten con desfibriladores externos automáticos (DEA). La norma incluye clubes, gimnasios, medios de transporte de larga distancia, cuarteles de bomberos y establecimientos carcelarios. La presencia de estos equipos puede definir la sobrevida en los primeros minutos.

En adultos, alrededor del 80% de los episodios están vinculados a enfermedades coronarias y factores de riesgo como tabaquismo, hipertensión, obesidad y diabetes. En personas jóvenes, las causas suelen ser anomalías congénitas. Los especialistas insisten en la necesidad de controles médicos periódicos, hábitos saludables y ejercicio regular.

Los síntomas que no deben subestimarse incluyen dolor o presión en el pecho, falta de aire, mareos, pérdida de conciencia, palpitaciones y sudoración excesiva. Reconocer estos signos de alarma es el primer paso para activar la cadena de vida.

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La cadena de vida comprende cuatro eslabones: reconocer el cuadro y llamar al servicio de emergencias, iniciar RCP de calidad, aplicar desfibrilación temprana y continuar con la atención médica avanzada. “Estar preparados salva vidas”, enfatizó la doctora El Haj.

Aprender RCP es una herramienta sencilla que puede estar al alcance de cualquier persona. Conocer la ubicación de los DEA y animarse a utilizarlos también puede marcar la diferencia. Las capacitaciones comunitarias son un objetivo central de esta semana de prevención.

Las recomendaciones técnicas incluyen ubicar a la persona en el suelo boca arriba, aplicar compresiones torácicas de 5 centímetros de profundidad a un ritmo de 100 por minuto y alternar con ventilaciones en el caso de RCP pediátrica. En todos los casos, las maniobras deben sostenerse hasta la llegada del servicio de emergencias.

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Aunque no siempre puede evitarse, la muerte súbita puede convertirse en una situación reversible si existe una reacción inmediata. La capacitación masiva y la respuesta rápida son pilares para mejorar la sobrevida en la comunidad.

Fuente: NA.