Villa La Angostura aplica multas millonarias por contaminación y busca frenar el avance desordenado
Turismo25/08/2025
Sergio Bustos
Hubo multas por desmontes.
La expansión urbana en Villa La Angostura dejó al descubierto un problema creciente. Vecinos y empresas acumulan sanciones por más de 60 millones de pesos por intervenciones que provocaron daños ambientales.
Las multas buscan frenar un modelo de crecimiento sin control que amenaza el equilibrio de bosques, riberas y humedales. “La especulación inmobiliaria y las obras sin autorización no pueden comprometer el patrimonio natural”, afirmó la jueza de Faltas Soledad Aldea al anunciar la medida.
El Tribunal Municipal endureció las penalidades y dejó en claro que cada infracción, además del pago, obliga a presentar planes de remediación. Esos trabajos son supervisados directamente por la Secretaría de Planeamiento, Ambiente y Obras Públicas, que evalúa cada acción correctiva.
Uno de los casos más resonantes se dio en el Country Cumelén, donde tres particulares realizaron intervenciones indebidas en la ribera del Nahuel Huapi. Además de pagar, debieron donar computadoras a escuelas locales como parte de la compensación comunitaria.
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La sanción más pesada recayó sobre la firma Centro Urban, multada con 41 millones de pesos por un derrame cloacal que impactó de lleno en el lago Nahuel Huapi. La empresa ya abonó la multa, pero todavía debe completar las tareas de reforestación ordenadas por el municipio.
Las obras sin autorización se multiplican en la ciudad. Loteos privados, construcciones en áreas frágiles y modificaciones de cauces naturales son parte de un proceso que, según los especialistas, pone en riesgo la identidad ambiental de Villa La Angostura.
Los planes de remediación incluyen limpieza de costas, reforestación de áreas dañadas y medidas para mitigar futuros impactos. Cada proyecto será monitoreado hasta garantizar que las acciones compensen efectivamente los daños causados.
Las autoridades remarcan que el objetivo es preventivo. “Queremos que cada inversor, profesional o vecino entienda que las reglas se cumplen. El patrimonio natural no se negocia”, señaló un funcionario de Ambiente municipal.
La presión inmobiliaria es fuerte. En los últimos años, Villa La Angostura experimentó un auge de urbanizaciones privadas que avanzaron sobre zonas sensibles. Ese ritmo de crecimiento elevó el valor del suelo, pero también incrementó los conflictos con la comunidad local.
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Los vecinos, que conviven a diario con bosques nativos y cursos de agua, advierten sobre el impacto de las obras descontroladas. Denuncian ruidos, contaminación y pérdida de paisajes que forman parte del atractivo turístico de la región.
El turismo, base de la economía local, también se ve amenazado. Las costas del Nahuel Huapi son un imán para visitantes de todo el mundo, pero la contaminación y el deterioro del ambiente ponen en riesgo esa ventaja competitiva.
La decisión de aplicar sanciones más severas refleja una política de tolerancia cero frente a la especulación. La consigna oficial es clara: quien dañe el ambiente pagará y deberá reparar.
Villa La Angostura se enfrenta a un dilema de época. Crecer sin planificación puede traer ganancias rápidas, pero también costos irreversibles. La apuesta del municipio es que las multas se conviertan en un mensaje pedagógico para toda la comunidad.
El futuro de la ciudad cordillerana dependerá de mantener un equilibrio. La conservación del entorno es un compromiso ético con las próximas generaciones, remarcan desde el municipio. Y las recientes sanciones marcan un camino que difícilmente tenga retorno.
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