La OMS advierte que más de mil millones de personas viven con problemas de salud mental

La Organización Mundial de la Salud dio a conocer un informe que describe una realidad impactante: más de mil millones de personas en el planeta conviven hoy con algún trastorno de salud mental, lo que representa alrededor del 13 % de la población mundial. Los datos se basan en una estimación que incorpora un atlas elaborado con información de más de un centenar de países y que evidencia cómo en los últimos cinco años la cantidad de casos aumentó a un ritmo acelerado.

Una de las principales causas que explican este crecimiento fue el impacto de la pandemia de Covid, que en su primer año provocó un salto del 25% en los diagnósticos de ansiedad y depresión. Hasta ese momento la OMS calculaba 970 millones de personas con algún problema de salud mental, cifra que se disparó como efecto directo de las restricciones y la crisis social derivada de la emergencia sanitaria.

El documento advierte que la depresión y la ansiedad se mantienen como los trastornos más frecuentes y que la prevención del suicidio sigue siendo una deuda pendiente, sobre todo en la población más joven. En 2021, el suicidio ya representaba una de cada 100 muertes a nivel global, lo que demuestra la gravedad del problema y la urgencia de respuestas estatales coordinadas.

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Durante la presentación en Ginebra, la directora del Departamento de Enfermedades No Transmisibles y Salud Mental de la OMS, Dévora Kestel, fue contundente al señalar que “necesitamos una transformación sistémica urgente de los sistemas de salud mental en el mundo”. Planteó que los cambios deben incluir mayor inversión en recursos humanos y servicios especializados, una apuesta concreta por la atención comunitaria y centrada en la persona, así como reformas jurídicas que garanticen derechos y dignidad a quienes atraviesan estos padecimientos.

En paralelo, el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, reconoció que la pandemia dejó “efectos de largo alcance” y un “enorme costo” para la salud mental. Los informes remarcan que invertir en este campo significa invertir en personas, sociedades y economías, ya que las consecuencias de no hacerlo se traducen en un deterioro general del tejido social.

Las estadísticas aportan un panorama preocupante: una de cada ocho personas en el mundo vive con un problema de salud mental y el 71 % de quienes padecen psicosis no recibe la atención necesaria. A pesar de esto, los gobiernos destinan en promedio menos del 2% de sus presupuestos de salud al área, una cifra muy por debajo de lo requerido para garantizar una cobertura mínima.

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En la Argentina, la Ley de Salud Mental establece que se debería destinar al menos un 10% del gasto sanitario, pero las cifras oficiales están lejos de ese objetivo. Un informe de la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia reveló que en 2025 la inversión nacional fue apenas del 1,68%, lo que demuestra que las políticas públicas no acompañan el crecimiento de la demanda.

El presidente de la Asociación Argentina de Psiquiatras, Ricardo Corral, advirtió que “en el país, por lo menos una de cada tres personas va a tener una pérdida de salud mental en algún momento de su vida”. Además señaló que problemas como el alcoholismo y la ludopatía, promovidos desde la publicidad y el consumo cultural, siguen sin ser reconocidos como enfermedades que afectan directamente a la sociedad.

Los especialistas insisten en que la escasez de profesionales agrava el panorama, especialmente en provincias y localidades alejadas de los grandes centros urbanos. La OMS resaltó que los servicios siguen concentrados en hospitales psiquiátricos, con poca atención comunitaria y un número limitado de psiquiatras, lo que refuerza el estigma y limita las posibilidades de tratamiento oportuno.

Fuente: LA NACION.