Científicos advierten que Argentina debería atrasar una hora el reloj todo el año

La media sanción en Diputados para cambiar el huso horario durante el invierno reabrió un debate que atraviesa política, salud y vida cotidiana. El proyecto busca adelantar la hora para que amanezca más temprano, pero desde la ciencia surgieron reparos.

Mario Guido, investigador del Conicet y director del Ciquibic (UNC), aseguró que el horario correcto para Argentina es UTC-4, es decir, una hora menos que la actual.

En diálogo con AM 750, Guido fue claro: “Es muy adecuado el cambio a -4 horas, una hora de atraso de lo que tenemos ahora. Porque sería la forma de alinear con el tiempo solar nuestro reloj.”

El especialista explicó que todos los seres vivos poseen un reloj interno que regula hormonas, sueño y temperatura corporal. Esa maquinaria natural se sincroniza con la luz solar y se desajusta cuando el horario oficial no coincide.

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“Con cuatro horas hacia el oeste estaríamos alineados con el tiempo solar y nuestro reloj endógeno funcionaría mejor”, subrayó.

Guido remarcó que un cambio de una hora no genera problemas en el organismo. “El efecto no es importante. Se siente cuando hay diferencias grandes, como un vuelo a Japón con 12 horas de cambio, donde uno llega de día pero su cuerpo sigue en la noche.”

El proyecto aprobado en Diputados contempla mover el reloj solo en invierno. Para el científico, esa decisión es parcial. “Lo adecuado sería mantener la diferencia horaria de cuatro horas todo el año. No ir y volver”, afirmó.

La propuesta busca mejorar la vida cotidiana en la etapa de menos luz solar, especialmente en las escuelas. “El mejor horario para aprender y enseñar es a las 9 de la mañana. Con ese ajuste, la etapa escolar sería más adecuada”, explicó.

El debate sobre el huso horario en Argentina no es nuevo. En otras épocas, los cambios se definieron con criterios energéticos. Hoy la discusión se abre también desde la mirada de la salud y los ritmos biológicos.

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Guido recordó que el reloj biológico cercano a 24 horas funciona mejor cuando se alinea con el ciclo natural de luz y oscuridad. Cualquier desfasaje impacta en el sueño y en la capacidad de concentración.

Desde la comunidad científica, la idea de mantener UTC-4 de manera permanente aparece como una opción más estable. “Atrasar una hora en invierno es positivo, pero sería aún mejor sostener ese huso todo el año”, insistió.

El cambio, según explicó, no afectaría actividades económicas ni sociales de forma significativa. Al contrario, permitiría que la población viva más cerca de los tiempos naturales de descanso y actividad.

Mientras tanto, en el Congreso la discusión avanza. Diputados ya dieron media sanción y ahora será el Senado el que defina si Argentina cambia la hora en los meses de invierno.

La ciencia advierte: alinear el país con UTC-4 no solo responde a un criterio geográfico, también mejora la salud y la vida diaria de millones de personas.