Putin cita al embajador argentino y crece el escándalo por los audios a Karina Milei

Actualidad09/09/2025Sergio BustosSergio Bustos
Putin
Vladimir Putin.

El gobierno de Vladimir Putin marcó con fuerza su posición y citó en Moscú al embajador argentino Enrique Ignacio Ferrer Vieira. El encuentro se produjo tras las declaraciones de Patricia Bullrich, quien vinculó a supuestos agentes de inteligencia rusos con la filtración de audios de Karina Milei, la hermana del Presidente, en medio del llamado “coimas gate”.

El Ministerio de Relaciones Exteriores ruso comunicó que “rechaza resueltamente las acusaciones, por considerarlas infundadas y sin pruebas”. A través de un mensaje oficial, planteó además que esas expresiones dañan la relación bilateral.

La tensión se aceleró luego de que Bullrich, en un programa televisivo, asegurara que “personas ligadas a servicios de inteligencia rusos” participaron en las escuchas dentro de la Casa Rosada. Sus dichos provocaron un terremoto diplomático y abrieron un frente sensible para el gobierno argentino.

El escándalo de los audios no sólo afecta a la hermana del Presidente. También aparecen mencionados Eduardo “Lule” Menem y Martín Menem, en denuncias de presuntas coimas. La situación cruzó de lleno a la política local con la escena internacional.


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En Moscú, el mensaje fue contundente. “El deseo de ver espías rusos en cada esquina es irracional y destructivo”, afirmó la embajada en Buenos Aires en otro comunicado que buscó frenar las acusaciones.

La Cancillería rusa remarcó que existe un tratado de cooperación judicial vigente con Argentina, que establece mecanismos formales para intercambiar información. Por eso, calificó como “inaceptables” las declaraciones de la ministra Bullrich, al considerar que no se ajustan a ese marco.

El episodio expuso además la debilidad de la política exterior argentina. Ferrer Vieira, embajador en Moscú, es un diplomático de carrera de bajo perfil, con escasa exposición pública. La reunión a la que fue convocado lo obligó a salir del silencio, aunque sin respaldo visible del gabinete.

En paralelo, el canciller Gerardo Werthein evitó aparecer junto al Presidente en el acto del domingo en La Plata. Esa ausencia alimentó las versiones sobre una interna dentro del gobierno, justo cuando Milei intentaba rearmar su discurso político tras la derrota frente al peronismo en la provincia de Buenos Aires.


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Bullrich, por su parte, mantiene el hermetismo. La ministra había ido más allá la semana pasada al deslizar que también podía existir una “incidencia de Venezuela” en el caso. Esa afirmación dejó al descubierto un intento de extender la sospecha hacia otros actores internacionales.

La pareja de la diputada Marcela Pagano, el abogado Franco Bindi, quedó en el centro de la escena por sus vínculos con un canal ruso. Tanto él como la legisladora desmintieron cualquier participación en la filtración. La trama sigue abierta y suma capítulos cada día.

La diplomacia rusa fue clara en remarcar que estas declaraciones no ayudan a sostener un vínculo amistoso. “No contribuyen al mantenimiento de las relaciones constructivas entre nuestros países”, señaló la nota enviada al embajador argentino.

El contraste con gestiones anteriores también se hizo evidente. Durante la gestión de Alberto Fernández, el embajador Eduardo Zuaín mantenía contacto fluido con las autoridades rusas. Ahora, las actividades oficiales de la sede argentina en Moscú se limitan a actos protocolares menores, sin peso político.

El telón de fondo sigue siendo el mismo: una filtración de audios que golpea en la intimidad de la Casa Rosada y que expone a la hermana del Presidente. Con acusaciones cruzadas, desmentidas y llamados diplomáticos, el caso ya trascendió la política local y se instaló en la agenda internacional.

La falta de una respuesta clara desde Buenos Aires mantiene la incertidumbre. El silencio oficial se combina con la presión rusa, que reclama explicaciones inmediatas. El resultado es un clima de creciente tensión, donde cada movimiento puede agravar aún más la crisis.

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