El dólar futuro ya se pacta arriba de $1.430 y en diciembre proyectan $1.590

La derrota electoral en la provincia de Buenos Aires sacudió de lleno al mercado financiero. El lunes, el dólar minorista subió 5% y llegó a tocar los $1.450, aunque cerró en $1.425. El mayorista alcanzó los $1.408 y quedó a un paso del techo de no intervención, fijado en $1.470 por el Banco Central.

En apenas un día, el tipo de cambio se movió más que en todo un mes de tasas en pesos. La divisa acumuló en septiembre una suba del 5% y lleva un aumento del 35% en lo que va de 2025, superando a la inflación y a los rendimientos en moneda local.

La reacción se trasladó de inmediato al mercado de futuros. Los contratos para fin de septiembre se cerraron en $1.439, mientras que los de diciembre treparon hasta $1.590, convalidando un salto del 53% anual.

El contraste es notable si se lo compara con el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM), publicado por el propio Banco Central días atrás. Allí se estimaba un dólar mayorista en $1.362 para septiembre. La política se encargó de desmentir esas proyecciones.

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Los analistas coinciden en que el Gobierno dejó correr el precio para medir la reacción de la City. “El mercado busca un nuevo nivel donde acomodarse, claramente por encima del cierre anterior, pero sin alcanzar aún la banda superior”, explicó Gustavo Quintana, de PR Cambios.

Sebastián Menescaldi, de la consultora Eco Go, apuntó en la misma línea. “El oficialismo está testeando al dólar. Todavía falta ver qué hace el Banco Central y qué efecto tendrá la próxima licitación de deuda”, indicó.

Para Isaías Marini, de ONE618, el mensaje del Gobierno fue claro: no habrá cambios en la política cambiaria hasta las elecciones de octubre. “Con el tipo de cambio apenas 3% por debajo del techo, las chances de que lo testee son muy altas. Eso obligará al BCRA a intervenir con reservas propias”, remarcó.

El economista Aldo Abram, de la Fundación Libertad y Progreso, aseguró que la autoridad monetaria cuenta con un colchón de u$s5.000 millones para frenar una corrida. “Mientras no se rompa la banda, no habrá tensiones graves”, sostuvo.

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La City, sin embargo, ya empieza a dibujar nuevos pisos. Para Jorge Colina, de Idesa, el nivel actual llegó para quedarse. “Pasó la barrera de $1.400 y me parece que será su piso. Podrá oscilar entre ese valor y el techo de la banda, pero no creo que vuelva a bajar”, analizó.

El dólar se convirtió una vez más en refugio electoral. Nahuel Bernues, de Quaestus, lo explicó con claridad: “El mercado y los argentinos van a elegir el dólar como cobertura tras la derrota del Gobierno en Buenos Aires”.

Fernando Baer, de Quantum, agregó un matiz político. “El precio dependerá mucho de las señales que dé el Gobierno. El nivel actual es alto, pero siempre hay gente dispuesta a dolarizarse a cualquier precio”, señaló.

El recuerdo de 2023 sigue latente. En aquel noviembre turbulento, el tipo de cambio real, ajustado por inflación, equivaldría hoy a un dólar de $2.260, según cálculos de Eco Go. Esa comparación alimenta la idea de que todavía hay margen para más volatilidad.

El panorama para octubre es incierto. Las elecciones nacionales están a la vuelta de la esquina y el mercado descuenta que los próximos movimientos del dólar dependerán tanto de la política monetaria como del humor social. La pregunta es si el Gobierno podrá contener la presión sin sacrificar reservas.

Por ahora, el mensaje es doble: el dólar se acomoda en un nivel más alto y el Banco Central observa de cerca sin intervenir. Pero el margen es cada vez más estrecho y la City ya empezó a jugar sus fichas en el tablero electoral.