

Franco Colapinto tiene claro que su camino en la Fórmula 1 recién empieza. A días del Gran Premio de Azerbaiyán, el piloto argentino compartió un emotivo recuerdo en sus redes sociales. "Un año de mi primera Q3 y mis primeros puntos. Un recuerdo muy muy especial en mi segunda carrera en F1", escribió en Instagram. Con estas palabras, el pilarense no solo hace alusión a un hito personal, sino también a un logro que lo proyecta aún más en el exigente mundo de la F1.


Para quienes siguen de cerca su carrera, ese momento fue un gran paso. La Q3, esa fase que tantos pilotos sueñan alcanzar, fue su primer contacto con la élite de la categoría. No se trató solo de un logro numérico; fue una prueba de su capacidad de adaptación a un entorno tan competitivo y rápido, donde las oportunidades de destacarse son limitadas y cada segundo cuenta.
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“Volvemos a Bakú este finde por más. Vamos Alpine Team”, agregó, mostrando que la nostalgia no lo frena, sino que lo impulsa. Esta publicación no solo reafirma su motivación, sino que también refleja el compromiso con su escudería, Alpine. En cada palabra se percibe una clara voluntad de seguir avanzando, de no conformarse con lo logrado, sino de mirar siempre hacia el próximo desafío.
El circuito urbano de Bakú, con sus curvas cerradas y su ritmo vertiginoso, es uno de los más complejos del calendario de F1. Para un piloto joven como Colapinto, este tipo de trazados representan una prueba de fuego. Pero él lo sabe: en un deporte tan impredecible, cada oportunidad de sumar puntos es un peldaño más hacia la consolidación.
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Más allá del éxito personal, su mirada está puesta en el progreso colectivo de Alpine, y este tipo de publicaciones dan cuenta de su mentalidad: la de un competidor que sabe que, al igual que su escudería, debe crecer carrera tras carrera.
En Bakú, Colapinto no solo quiere repetir lo logrado, sino dar un paso más. Este es el tipo de mentalidad que se necesita para mantenerse en la cima de la Fórmula 1.

















