El operativo secreto que evitó un caos total en Nueva York durante la ONU
Actualidad23/09/2025
REDACCIÓN
El Servicio Secreto desmanteló una red de telecomunicaciones que amenazaba con dejar incomunicada a Nueva York.
En pleno auge de la Asamblea General de la ONU, cuando la ciudad de Nueva York se alista para recibir a más de 150 líderes internacionales, el Servicio Secreto de EE.UU. logró desbaratar una red clandestina que pudo haber dejado a la ciudad incomunicada. Esta operación encubierta, que incluye un hallazgo impresionante, podría haber tenido consecuencias desastrosas.
Más de 300 servidores y 100.000 tarjetas SIM, escondidas a solo 56 kilómetros de la sede de la ONU, fueron parte de una red con el poder de paralizar las comunicaciones en Manhattan.
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Los agentes descubrieron un sistema diseñado para saturar las torres de telefonía móvil, interrumpir las llamadas al 911 y crear un caos generalizado en momentos críticos. "Este sistema podría haber colapsado todo el sistema de comunicación en la ciudad, creando un escenario de vulnerabilidad absoluta," explicó Matt McCool, agente especial del Servicio Secreto.
El operativo encontró un sofisticado banco de teléfonos virtuales con capacidad para enviar hasta 30 millones de mensajes de texto por minuto. Aunque no se identificó un plan específico para atacar la Asamblea General de la ONU, las investigaciones sugieren que actores estatales pudieron haber estado utilizando esta red para comunicarse con organizaciones criminales y terroristas.
Los agentes también hallaron instalaciones con servidores de última generación y miles de SIMs, muchas de ellas ya operativas.
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A diferencia de otros ataques en los que las fallas de comunicación fueron un daño colateral, esta red tenía la capacidad de generar un apagón de telecomunicaciones de manera intencional. Las autoridades lo compararon con el caos provocado por los atentados del 11 de septiembre, aunque en este caso los atacantes podían haber activado el apagón a voluntad.
El impacto potencial de esta operación hubiese sido catastrófico no solo para los residentes de la ciudad, sino también para la seguridad nacional en un momento de máxima exposición internacional. Con la amenaza neutralizada, Nueva York podrá seguir adelante con la Asamblea General sin el temor de perder sus medios de comunicación.
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