Soldadores turcos y ritmo récord: el oleoducto de Vaca Muerta se acerca al Atlántico
Actualidad24/10/2025
Sergio Bustos
Los soldadores turcos trabajando.
En el kilómetro 400 de la traza que cruza Río Negro, un grupo de 23 soldadores turcos trabaja junto a cien argentinos en la recta final del oleoducto Vaca Muerta Sur. Supervisan soldaduras, prueban presión hidráulica y enfrentan el viento patagónico en jornadas que definen el futuro energético del país.
“Sabemos que lo que hacemos es importante para el futuro”, dijo Iskender Ucmaz, supervisor del equipo extranjero. Los operarios integran el proyecto que permitirá transportar petróleo desde la cuenca neuquina hasta el puerto de Punta Colorada, donde se construye la terminal marítima que conectará al país con los grandes mercados del mundo.
Con 437 kilómetros de extensión y una inversión que supera los 3.000 millones de dólares, Vaca Muerta Sur es la obra de transporte de petróleo más grande de la historia argentina. La construcción está a cargo de la UTE Techint–SACDE, empresas que también ejecutaron el gasoducto Perito Moreno (antes Néstor Kirchner).
La magnitud del proyecto impresiona. Más de 1.500 trabajadores y 200 equipos pesados operan de forma coordinada, con tres kilómetros diarios de avance promedio. Los tubos de 12 metros se sueldan hasta alcanzar los 24, antes de alinearse sobre el terreno. Luego, equipos automatizados ejecutan soldaduras internas y externas, un proceso que exige precisión milimétrica.
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“Ya tenemos todo el tramo uno probado y enterrado”, explicó el gerente de obra, Unzner. El ducto se valida con pruebas hidráulicas cada 10 o 30 kilómetros para garantizar su integridad antes de cubrirlo nuevamente. El cruce bajo el Río Negro fue una de las operaciones más complejas: una columna de 700 metros se tendió a 25 metros de profundidad, utilizando tecnología de perforación petrolera.
El ritmo es intenso. Los soldadores cumplen turnos de seis días seguidos y un día de descanso, que suelen aprovechar en Las Grutas. “En Turquía decimos que las mujeres no hablan de su edad y los hombres no hablan de cuánto ganan”, bromea Ucmaz.
El presidente de SACDE, Damián Mindlin, destacó la coordinación técnica y logística: “Los equipos de Techint y SACDE han demostrado la capacidad para concretar los grandes ductos que demanda la industria”.
El proyecto forma parte del consorcio Vaca Muerta Oil Sur (VMOS), integrado por YPF, Pluspetrol, PAE, Pampa Energía, Vista, Chevron, Shell y Tecpetrol. Su construcción fue posible gracias a un préstamo internacional de 2.000 millones de dólares estructurado bajo la modalidad project finance, el mayor en dos décadas.
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La obra contempla una capacidad inicial de transporte de 180.000 barriles diarios en 2026, con posibilidad de triplicar ese número un año después. Desde la terminal rionegrina, los buques VLCC de hasta dos millones de barriles reducirán costos logísticos y ampliarán el acceso argentino a nuevos mercados.
“Cada soldadura es una pieza de la historia energética del país”, afirmó Alejo Calcagno, director del Área Sur de Techint. El ejecutivo destacó el impacto regional: más del 60% de los trabajadores son rionegrinos y cientos de proveedores locales se sumaron al proyecto.
El puerto de Punta Colorada, elegido por su profundidad natural, permitirá ahorrar entre uno y tres dólares por barril exportado. Cada embarque representará un ingreso de más de dos millones de dólares adicionales para la economía argentina.
La meta es clara: alcanzar exportaciones anuales por más de 15.000 millones de dólares desde 2027. Con la expansión del gas natural licuado, el país podría duplicar esa cifra en la próxima década.
Sin margen para demoras, el oleoducto avanza a ritmo sostenido, en silencio y bajo el viento del sur. Cuando el último tramo se una, la energía de Vaca Muerta comenzará a fluir hacia el Atlántico y, desde allí, al resto del mundo.
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