

El cielo de Lituania se encendió por unos segundos de tensión que recorrieron toda Europa. El 23 de octubre, un caza SU-30 y un avión cisterna IL-78 de Rusia entraron sin aviso en el espacio aéreo lituano, sobrevolando el país durante 18 segundos y adentrándose unos 700 metros desde el enclave de Kaliningrado.


La respuesta fue instantánea. Dos Eurofighter españoles del destacamento Vilkas, desplegados en Šiauliai como parte de la misión de policía aérea de la OTAN, despegaron para interceptar las aeronaves rusas. Los pilotos realizaron el habitual scramble, identificando a los intrusos que volaban sin plan de vuelo y con el transpondedor apagado.
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El Ministerio de Defensa de Lituania informó que el operativo funcionó a la perfección. “Nuestras fuerzas actuaron rápidamente con cazas de la OTAN que estaban patrullando”, aseguró la cuenta oficial del ministerio en X. Las maniobras rusas, probablemente un reabastecimiento en vuelo, dejaron en evidencia la vulnerabilidad del flanco Este.
El presidente Gitanas Nausėda condenó el incidente desde Bruselas. “Es una flagrante violación del derecho internacional y de nuestra integridad territorial”, afirmó. Además, anunció que convocará al embajador ruso en Vilnius para expresar su protesta ante lo que definió como un comportamiento “irresponsable y peligroso”.
El destacamento Vilkas juega un rol estratégico en la defensa europea. Con ocho Eurofighter y un A400M de reabastecimiento, España aporta dos cazas y el cisterna a la misión Eastern Sentry, orientada a proteger el flanco Este de la OTAN frente a incursiones de drones y aviones rusos.
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La región del Báltico acumula episodios de tensión aérea. Incidentes con drones y aviones tripulados se han vuelto frecuentes en los últimos meses, desde Polonia hasta Estonia, aumentando la alerta y la necesidad de patrullas constantes.
La OTAN refuerza su presencia en la zona. Además del despliegue en Lituania, España planea enviar dos cazas más a Polonia en noviembre para sostener la misma operación, blindando la ruta de Kaliningrado ante cualquier provocación inesperada.
El episodio demuestra la importancia de la coordinación entre países aliados. La rapidez de la respuesta de los Eurofighter españoles muestra cómo los sistemas de alerta y los protocolos de scramble funcionan en tiempo real, evitando que una violación de segundos se convierta en un incidente mayor.
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Analistas europeos coinciden en que estos episodios no se pueden subestimar. Aunque la penetración rusa fue breve, la acumulación de incursiones en el espacio aéreo aliado podría generar riesgos de confrontación accidental si no se mantiene la vigilancia constante.
Lituania y la OTAN mantienen la guardia alta. La región seguirá monitoreada y la diplomacia se combina con la fuerza aérea para asegurar que ningún avión ruso cruce la línea sin consecuencias, mientras Europa observa con atención cada movimiento del flanco Este.
Fuente: El País


















