Un padre denuncia una década de impedimentos para ver a su hija, llevada a Rusia y España

El caso de Dmitry Saparov, un ciudadano ruso residente en la Argentina, vuelve a poner en evidencia las dificultades para hacer cumplir la ley en los casos de sustracción internacional de menores. Su ex pareja, Anna Zinovyeva, se llevó en 2015 a su hija de manera ilegal a Rusia, cruzando la frontera por la zona de la triple frontera sin autorización, y desde entonces el hombre lucha por restablecer el contacto con la niña, que hoy se encuentra en España.

Según consta en la denuncia presentada ante la Justicia argentina, Saparov se encontraba en Bolivia por trabajo cuando recibió un correo electrónico de su esposa informándole que se había marchado del país con la menor, sin mediar consentimiento. El abogado del denunciante, Rodrigo Tripolone, explicó que el hombre “no sospechaba que la separación derivaría en una década de obstáculos legales y emocionales”.

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En 2018, Zinovyeva le pidió a su ex pareja que firmara una autorización para radicarse en España con su nueva pareja, prometiendo mantener el contacto. Sin embargo, al poco tiempo interrumpió toda comunicación, trasladando a la niña sin previo aviso y dejando de responder los mensajes. A raíz de esto, la Justicia de Argentina y Rusia emitieron denuncias por sustracción internacional de menores, y Interpol activó una “Notificación Amarilla” para localizar a la menor y una “Alerta Roja” para la madre.

En 2019, Saparov logró ubicar a su hija en Barcelona, pero fue denunciado falsamente por amenazas, causa que luego se desestimó. Desde la pandemia, no volvió a tener contacto con la niña, y denunció que el teléfono destinado a mantener comunicación “permanece apagado la mayor parte del tiempo”.

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El abogado Tripolone solicitó en los últimos días la reanudación de la acción penal por sustracción de menores, argumentando que “la madre incumplió de forma grave y sistemática el acuerdo prejudicial firmado”, y que el vínculo entre padre e hija sigue interrumpido. El letrado advirtió que la mujer justifica su conducta alegando la voluntad de la menor, sin que exista respaldo judicial o psicológico que avale esa decisión.

En el expediente constan los correos electrónicos en los que Saparov informó su viaje a España para ver a su hija entre el 5 y el 20 de octubre de 2025. Según la denuncia, solo pudo verla una vez durante menos de dos horas, pese a los compromisos previos de la progenitora.

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El padre describió en el escrito “un bloqueo deliberado y continuo del contacto paternofilial, vulnerando el corazón del acuerdo y el derecho a la comunicación directa”. Además, pidió que se mantengan las medidas de cooperación internacional para garantizar una revinculación supervisada y que se condene a la acusada “al máximo de la pena prevista” por el delito de sustracción de menores.

Saparov reflexionó en su presentación sobre el impacto de casos como el suyo y señaló que “la condición de madre no disminuye la responsabilidad penal”, al tiempo que comparó su situación con la de otros casos resonantes de niños sustraídos en el país, como los de Loan y Sofía Herrera.

Fuente: NA, X, Cadena3