
Conmovedor testimonio del médico que perdió una pierna y reclamó contra la imprudencia vial
Policiales26/11/2025
REDACCIÓN
El mensaje que dejó el médico Pablo De Mónaco durante la audiencia judicial se transformó en una advertencia pública sobre la importancia del respeto a las normas de tránsito, una reflexión nacida del daño irreversible que sufrió cuando un conductor cruzó la doble línea amarilla en una curva señalizada y provocó un impacto que le cambió la vida para siempre. Con muletas y pantalón corto, eligió explicar lo ocurrido sin rodeos, frente a quienes investigan el hecho y ante el responsable de la maniobra.


Javier Rossi, imputado en la causa, reconoció su error de manera directa y ofreció disculpas tanto al médico como a su familia. “Te acepto las disculpas, pero necesito que esto no vuelva a pasar”, expresó De Mónaco, quien remarcó que el episodio no puede considerarse un accidente, ya que hubo una decisión consciente de realizar una maniobra prohibida. La frase marcó el tono de un mensaje que buscó trascender el caso personal.
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El médico fue categórico cuando explicó que la maniobra no obedeció a una urgencia ni a un imprevisto, sino a una elección que ignoró señales claras, cartelería visible y una doble línea amarilla cuya función es evitar choques frontales. En su exposición ante la Justicia hizo hincapié en cómo ese instante definió su vida futura, al recordarle de forma permanente que deberá adaptarse a la pérdida de un pie.
“Necesito que quede claro que estas cosas no deben ocurrir más”, señaló frente al tribunal. Aun así, sostuvo un tono sereno y valoró la posibilidad de expresar lo vivido con la intención de generar conciencia, incluso cuando él y su familia no encuentran nada positivo en la experiencia. Consideró que el único aprendizaje posible es el que obtenga la sociedad si el caso sirve para evitar nuevas conductas temerarias.
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Durante su intervención, De Mónaco destacó que la gravedad del hecho no terminó en una tragedia mayor por circunstancias que no dependen de la voluntad humana, como la indumentaria protectora que llevaba al momento del choque. “Una persona con ropa común se muere”, advirtió, subrayando que el desenlace pudo haber sido fatal.
La audiencia también reflejó la preocupación del médico por el futuro de quienes empiezan a manejar. De manera muy clara, mencionó a su hija, quien pronto obtendrá la licencia de conducir. “Cuando ella esté manejando, necesito que no se cruce con vos”, expresó, en un mensaje que sintetiza el pedido de responsabilidad colectiva y la necesidad de sanciones que desalienten este tipo de maniobras.
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El relato dejó al descubierto el impacto emocional de un hecho que modificó su cotidiano, pero que no evitó su objetivo principal: instalar la urgencia de cumplir las normas viales. El médico sostuvo que una condena ejemplificadora puede servir para recordar que nadie puede anteponer su apuro a las reglas que protegen vidas, un principio que, según remarcó, debe estar presente en cada conductor.
LA DECLARACIÓN COMPLETA:
“No considero que esto haya sido un accidente. Javier -así te voy a llamar-, si hubieses tenido que frenar por otro auto o un animal que se te hubiese cruzado, entonces involuntariamente te hubieses pasado de carril, eso sí hubiese sido un accidente. Pero voluntariamente decidiste cruzar la doble línea amarilla en la curva señalizada con carteles. Si crees que tus intereses son más importantes que las normas que rigen la sociedad, ahí estamos en problemas. Necesito que esto no vuelva a pasar y que haya una pena ejemplificadora para la sociedad. No puedo por ejemplo pasar un semáforo en rojo porque estoy apurado. Es importante que quede claro que todo esto salga a la luz y que, con lo que nos pasó, la gente saque algo positivo. Porque nosotros de positivo no sacamos nada, yo me tendré que acostumbrar de andar con una gamba menos. Pero tengo que agradecer que estoy vivo, por el tipo de indumentaria que llevaba, porque una persona con ropa común se muere. Y entonces estaríamos frente a un homicidio. Tuvimos suerte y lo estamos resolviendo de la mejor manera. Te acepto las disculpas, pero necesito que cuando mi hija esté manejando, porque le falta muy poco para que lo haga, no se cruce con vos. O que la gente asuma que estas cosas no deben ocurrir más”.

















