Se cumplen dos años del gobierno de Javier Milei: reformas, promesas, ajustes y resultados

A dos años de asumir la presidencia, Javier Milei atraviesa un momento decisivo para el rumbo económico y político del país. Su llegada a la Casa Rosada en diciembre de 2023 instaló una propuesta que buscó romper de manera directa con el esquema tradicional de gestión pública, con un paquete de ideas que combinó recortes, reformas institucionales y una visión de Estado más acotada. Ese programa impactó desde los primeros meses y ordenó la discusión pública en torno a cuánto de ese plan podía ejecutarse dentro del marco legal y político existente.

El relevamiento anual de Chequeado sobre compromisos presidenciales ofrece una fotografía que permite dimensionar el recorrido. La mitad de las promesas de campaña figura cumplida o en movimiento, mientras que el resto permanece en distintas etapas de retraso o directamente sin avances. La dinámica de los primeros meses, marcada por la velocidad de las medidas económicas, dio paso en este segundo año a un escenario donde la relación con el Congreso se volvió un factor central y condicionó buena parte de las decisiones.

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La dolarización completa, uno de los puntos más resonantes de la campaña, quedó relegada frente a la estrategia de “dolarización endógena”, que no generó los resultados esperados durante 2024. En paralelo, la reforma de la Ley de Seguridad Nacional tampoco prosperó, límite que evidenció la dificultad del oficialismo para sostener iniciativas de alto impacto sin apoyo legislativo. El propio informe señala que el deterioro de condiciones macroeconómicas y la falta de acuerdos políticos dificultaron ese tramo del plan original.

Otros compromisos, en cambio, avanzaron de manera sostenida. Las modificaciones tarifarias, el esquema de subsidios y la revisión del gasto público ocuparon un lugar visible en la agenda. El Gobierno afirmó que buscó “ordenar el sistema sin afectar a las familias”, aunque los incrementos registrados durante el año provocaron ajustes significativos en los ingresos. De todos modos, esas medidas permitieron mover la calificación del compromiso hacia la categoría “en proceso”.

Las estadísticas comparadas muestran además un contraste con gestiones previas. Milei supera en volumen de promesas cumplidas o en ejecución a Mauricio Macri y Alberto Fernández en sus respectivos segundos años, dato que el relevamiento resalta para dimensionar el alcance del plan libertario. No obstante, esa comparación convive con un hecho también señalado por organizaciones civiles: la necesidad de fortalecer los mecanismos de control ciudadano y la transparencia institucional.

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Entre los compromisos con avances parciales se incluyen iniciativas sobre educación, sistema previsional, marco impositivo y reformas de organismos públicos. El Gobierno impulsó medidas relacionadas con la modernización laboral, la modificación de funciones del Estado y la reducción del gasto, pero varias de esas iniciativas continuaron sujetas a tiempos parlamentarios o revisiones judiciales. El seguimiento independiente de promesas aporta un registro claro: existen medidas ejecutadas, pero también un conjunto relevante de demandas sociales que siguen sin respuesta concreta.

Los compromisos sin avances, o con progresos insuficientes, forman parte del tramo más observado de la gestión. El cierre del Banco Central, la reestructuración hospitalaria y la discusión sobre la gratuidad universitaria son puntos que permanecen abiertos. En el caso de educación superior, el informe detalla que la creación de eventuales aranceles para estudiantes extranjeros contradice la promesa inicial de mantener condiciones actuales “sin alteraciones en el corto plazo”.

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En materia política, el segundo año dejó una realidad evidente: la falta de acuerdos estables con sectores opositores redujo la velocidad de implementación del programa presidencial y obligó al Ejecutivo a reconsiderar prioridades. El discurso oficial sostuvo que ese contexto no modifica los objetivos de fondo, aunque sí impone un ajuste táctico para sostener el equilibrio con gobernadores, bloques legislativos y actores económicos.

Hacia adelante, el Gobierno enfrenta un punto donde las expectativas ciudadanas, el contexto macroeconómico y la capacidad institucional para sostener reformas se cruzan de manera directa. El aniversario encuentra a Milei con logros medibles, retrocesos visibles y un margen político que dependerá de su relación con el Congreso y la reacción social frente a los cambios que impulsa. Los próximos meses definirán si las medidas actuales pueden consolidarse o si la gestión deberá reordenar su estrategia para garantizar continuidad.

Fuente: X, Clarín, La Nación, Infobae